
Esta temporada Cristian García, con un Fiesta R5 de RMC Motorsport y
la ayuda entre otros de MMR y la Red Ford de Asturias, defenderá sus
opciones en el nacional de asfalto. En Córdoba y tras un inicio prudente
para irse acoplando a su nueva máquina, Cristian salía a la segunda
etapa en tercera posición, aupándose al liderato a poco de empezar,
posición que ya no abandonaría hasta el final. La lucha por la victoria
fue acérrima, lo que demostró lo que sin duda se repetirá en las otras
pruebas del nacional de rallyes de esta temporada entre los vehículos R5
presentes, que ocuparon las cinco primeras posiciones de la general.
Cristian García y Rebeca Liso fortalecieron su triunfo al ganar las dos
pasadas a Cerrobejuelas, que era el tramo más largo de la competición
con cerca de 25 km.
Otro Fiesta R5, el del piloto privado Cristóbal García, terminó
octavo, mientras que Germán Leal, ganador de la categoría R2, fue décimo
también con un Ford Fiesta. La próxima prueba puntuable será el Rally
Islas Canarias, del 5 al 7 de mayo.
Cristian García, aragonés natural de Tarazona, tiene 26 años. En 2015 fue 4º del nacional absoluto y Campeón de la Evo Cup de asfalto, ganando de un modo admirable el título en 2016, mostrando una peculiar y muy natural manera de afrontar los rallyes, ya que correr parece que sea para él una tarea fácil. Su pasión por los coches y la gasolina le viene de familia, ya que su padre le introdujo en el mundo de la competición con sólo 16 años y además de él heredó su vinculación -ahora profesión- en el mundo del motor, ya que es mecánico y preparador de vehículos en el taller que ambos regentan en Ólvega (Soria). Y hay más: su pareja, Rebeca Liso, es quien le copilota con gran eficacia.
Cristian García, aragonés natural de Tarazona, tiene 26 años. En 2015 fue 4º del nacional absoluto y Campeón de la Evo Cup de asfalto, ganando de un modo admirable el título en 2016, mostrando una peculiar y muy natural manera de afrontar los rallyes, ya que correr parece que sea para él una tarea fácil. Su pasión por los coches y la gasolina le viene de familia, ya que su padre le introdujo en el mundo de la competición con sólo 16 años y además de él heredó su vinculación -ahora profesión- en el mundo del motor, ya que es mecánico y preparador de vehículos en el taller que ambos regentan en Ólvega (Soria). Y hay más: su pareja, Rebeca Liso, es quien le copilota con gran eficacia.