Si eres un seguidor fiel de esta columna, es probable que estés leyendo esto antes de que Warren Buffett se dirija a los inversionistas de Berkshire Hathaway. El evento programado para el 3 de mayo se ha convertido en un ícono. Inversionistas de todo el mundo siguen de cerca las declaraciones del “Oráculo de Omaha” en busca de pistas para navegar por el mercado.
¡Y vaya que necesitamos esas pistas! A pesar del reciente repunte en los mercados bursátiles, la incertidumbre está lejos de desaparecer. El S&P500 ha subido un 14% desde las pérdidas provocadas por el “Día de la Liberación” de Donald Trump, pero podríamos enfrentar nuevas caídas a medida que nos acerquemos al 2 de julio, fecha en la que vencen los 90 días de tregua arancelaria sin acuerdos entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales.
El enfoque del mercado sigue puesto en los contactos entre Washington y Beijing. Ambas partes han dado señales de estar dispuestas a negociar, con incentivos suficientes para hacerlo. Lo que falta por definir es cómo iniciar las negociaciones sin que nadie pueda declararse vencedor o derrotado, según sea el caso.
El impacto de la guerra comercial en ambas economías será un tema central en la agenda de la próxima semana.
Tanto Estados Unidos como China publicarán cifras de balanza comercial. El informe de Estados Unidos llegará el martes 6, mientras que Beijing publicará sus cifras el viernes 9. Se espera que el informe de Estados Unidos, correspondiente a marzo, muestre un efecto de anticipación en las compras de las empresas para evitar los aranceles.
Por su parte, las cifras de Beijing corresponden a abril y deberían reflejar el impacto inicial del arancel del 145% impuesto por Estados Unidos a los productos chinos, que entró en vigencia el 9 de abril. Se anticipa una contracción del 2% en las exportaciones chinas, después del aumento del 12% en marzo como respuesta al incremento de envíos para evitar los aranceles más altos.
Una disminución del superávit comercial de China podría ser utilizada por la Casa Blanca como argumento a favor de su política arancelaria.
Presión sobre la Fed
Aunque las cifras comerciales son importantes en el contexto de las negociaciones, el evento principal será la reunión de la Reserva Federal y su anuncio el miércoles 7.
Se espera que la Reserva Federal mantenga la tasa sin cambios, a pesar de que el índice de inflación vinculado al consumo (PCE) no mostró variación en marzo y registró una variación anual del 2,3%, marcando una desaceleración significativa desde el 2,7% anterior.
Sin embargo, la resistencia del mercado laboral evita proyectar un deterioro mayor de la actividad por el momento. La economía estadounidense creó 177,000 empleos en abril y la cifra de marzo fue revisada a la baja, de 228,000 a 185,000. Aunque el nivel de contratación sigue siendo saludable, refleja un mercado laboral dinámico.
Ante la falta de una dirección clara en las cifras y la incertidumbre sobre el nivel final de los aranceles, la Fed tiene motivos suficientes para mantener su estrategia de “esperar y ver”.
Recortar la tasa en las circunstancias actuales haría que el mercado percibiera a la Fed cediendo a la presión de la Casa Blanca en lugar de actuar “basándose en datos”.
Además, se proyecta un aumento de la presión inflacionaria a corto plazo debido a la exención arancelaria para las importaciones de hasta $800, que ahora están gravadas. Este tipo de importaciones representó el 83% de las ventas del comercio electrónico en Estados Unidos en 2022, gran parte de China y Hong Kong, ahora sujetos a un arancel del 145%.
Si la Fed decide mantener la tasa, es probable que veamos nuevos ataques desde la Casa Blanca hacia Jerome Powell y compañía.
Más sobre China
El presidente de China, Xi Jinping, también enfrenta una creciente presión, en su caso desde el ámbito económico. Además de la balanza comercial de abril, la próxima semana se publicarán datos que se espera confirmen una mayor desaceleración. El martes 6, el índice PMI de servicios de Caixin ofrecerá una pista sobre la actividad interna. El viernes 9, las importaciones de abril podrían mostrar un tercer mes consecutivo de contracción, con una caída esperada del 5%. Finalmente, el sábado 10 en Beijing, viernes 9 para el mercado occidental, se publicarán los datos de inflación, que desde febrero han mostrado contracciones consecutivas alertando sobre una posible deflación.
Inflación y tasas
Fuera de Estados Unidos y China, o atrapados entre ellos, varios países latinoamericanos recibirán datos de inflación y anunciarán decisiones de política monetaria. En el caso de Chile, el IPC se publicará el jueves 8. Ese mismo día también se publicará el informe de México. El viernes 9 será el turno de Brasil y Colombia.
En los cuatro países, se espera una desaceleración de la inflación. En el caso de Colombia, los datos serán clave después de la controvertida decisión del banco central de recortar la tasa en 25 puntos base (al 9,25%), una medida que se acusó de ser resultado de la presión ejercida por el gobierno de Gustavo Petro.
La decisión del banco central de Perú se conocerá el viernes 9 y se espera que mantenga la tasa en 4,75%. Por otro lado, el miércoles 7, el Copom de Brasil llevará a cabo el esperado aumento de 50 puntos base, elevando la tasa al 14,75%, en uno de los últimos ajustes del ciclo.
En general, los analistas señalan que la debilidad del dólar dará un respiro a los bancos centrales de los mercados emergentes, incluidos los de América Latina, facilitando recortes de tasas en el futuro.
Por ahora, en esta guerra comercial, el panorama parece ser ligeramente más positivo para los países latinoamericanos, siempre y cuando no se vean obligados a tomar partido.