El pasado mes de enero, en tan solo cuatro horas, se esfumaron los 400 mil asientos de las 30 noches de su histórica residencia de este verano en Puerto Rico. Si los fans quieren vivir una experiencia única, tendrán que viajar hasta allí porque el show no se repetirá en el resto del mundo.
La obsesión por Benito Antonio Martínez Ocasio, alias Bad Bunny, crece al mismo tiempo que su fortuna. Si hace tres años contaba con un patrimonio estimado de US$ 32 millones, tras la catapulta de su cuarto álbum de 2022, Un Verano Sin Ti, su cuenta corriente se ha disparado ahora hasta los US$ 50 millones, según la revista Forbes.
Esta cifra después de impuestos incluye su carrera musical, los contratos de patrocinio, las inversiones inmobiliarias y las actuaciones, lo que significa que ha ganado mucho más. Una cantidad difícil de calcular que se multiplicará en 2026 con su gira mundial, DeBÍ TIRAR MáS FOToS, título de su sexto álbum, con 10 fechas en Madrid y Barcelona que colapsaron las ventas online.
La avidez de Bad Bunny, oriundo de Vega Baja, el municipio donde creció al norte de Puerto Rico, de lanzar un disco en pleno invierno repleto de ritmos boricuas, salsa, bolero y, como no, reguetón con una fuerte carga política en defensa de la isla, sorprendió a sus fans. El álbum debutó en el número uno de la lista Billboard Top Latin Albums y en el Billboard 200. Se convirtió en el más rápido del artista en alcanzar 1.000 millones de reproducciones situándose primero de la lista global de álbumes de streaming de Spotify en poco tiempo.
“Es un éxito sin precedentes, siendo una de las giras con mayor venta y más rápida de todos los tiempos, batiendo récords a diestro y siniestro”, declaró en enero a Pollstar el promotor musical de Bad Bunny de la agencia United Talent, Jbeau Lewis.
“No Me Quiero Ir De Aquí”
Si hay algo de lo que no existe precedente es la residencia, llamada No Me Quiero Ir De Aquí, de 30 shows que tendrán lugar del 11 de julio al 14 de septiembre en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, conocido como El Choli. Un montaje único que no se verá en el resto del mundo y que reivindicará la autonomía de la isla frente al control de EEUU como Estado Libre Asociado.
El impulso Bad Bunny transformará la temporada baja de la isla caribeña en el deseado destino turístico veraniego con un impacto económico previsto de unos US$ 100 millones, según explicó el vicepresidente de Discover Puerto Rico, Tomás Ramírez.
Se estima que unas 420 mil personas asistan a los conciertos, con una audiencia promedio de 14 mil por noche, un momento histórico para la música y para la isla que ya vive una avalancha de reservas de vuelos y hoteles. Pero no es la avaricia lo que mueve al cantante.
Bad Bunny decidió dejar fuera del tour al lucrativo mercado de Estados Unidos, donde cuenta con millones de seguidores, a pesar de las críticas recibidas esta semana tras la noticia mientras se paseaba por el Village de Nueva York, después de asistir por cuarta vez a la Gala del Met ataviado con un sombrero típico de la isla, conocido como pava.
“Nadie le pide a un artista gringo que cambie. La gente ama mi música. Así soy yo. Esta es mi música. Esta es mi cultura. Si no te gusta, no me escuches. Si te gusta, lo sabes”, zanjó en una entrevista con Trevor Noah. El artista se resiste a hablar en inglés ante la prensa. Lo que puede ser una falta de educación, ha servido para que cientos de angloparlantes hayan descargado la aplicación de idiomas Duolingo para aprender español y entender sus letras.
La gira mundial marcará el regreso del cantante a Europa por primera vez desde 2019, a Latinoamérica desde que se convirtió en el artista de gira más destacado de 2022 con El Último Tour del Mundo, y supone su debut en países como Australia, Brasil, Japón. Hace tres años, recaudó US$ 120,1 millones en taquilla por la gira, según Pollstar.
Otros proyectos
Bad Bunny se ha convertido en un imán de atención en todos los aspectos de su vida, desde su música, a su vida privada hasta sus atrevidos looks en la alfombra roja. Ha sacado provecho del tirón convirtiéndose en la nueva cara de la campaña de primavera de Calvin Klein Underwear, con unas sugerentes fotos en calzoncillos tomadas por el legendario Mario Sorrenti.
También cerró la temporada 50 del programa Saturday Night Live como invitado musical, junto a la actriz Scarlett Johansson, como anfitriona de la noche. Las marcas se lo rifan. Ha firmado patrocinios con la cerveza mexicana Corona, ha protagonizado varios anuncios para Cheetos y colabora con la marca deportiva Adidas desde 2021. Las cifras de contratación no se han hecho públicas como es habitual en la relación entre las marcas y los artistas.
Su capacidad para diversificar sus ingresos y su compromiso con los problemas sociales han garantizado el futuro de su influencia. Conocida es también su incursión como actor en películas y series de televisión, como su papel en la tercera temporada de la serie Narcos, que narra la historia del cartel de Guadalajara (México), o en la franquicia de acción automovilística Too Fast, Too Furious.
Cuando esté en plena gira, el próximo mes de agosto, se estrenará el drama criminal de béisbol Caught Stealing dirigido por Darren Aronofsky en el que el cantante comparte protagonismo con los actores Austin Butler y Zoë Kravitz, basado en el libro homónimo de Charlie Huston.
Pero Bad Bunny ya ha dado un paso más dentro del sector cinematográfico. El puertorriqueño ha comenzado su carrera como productor con la adaptación para Netflix de la novela Al final mueren los dos de Adam Silvera, que hizo historia como el primer libro juvenil con personajes latinos queer en alcanzar el número 1 de la lista de los más vendidos del New York Times. Trabaja en la serie con el creador de la exitosa Bridgerton, Chris Van Dusen, y el productor ejecutivo de Yellowjackets, Drew Comins.
A pesar de su fortuna, Bad Bunny tiene tendencia a alquilar las casas donde vive. Acaba de firmar un contrato de US$ 156 mil al mes por uno de los áticos más caros y lujosos de Manhattan en el barrio de Chelsea con vistas al río Hudson, que utiliza como vivienda mientras expande sus negocios y se prepara para la gira.
Se trata de un duplex de 426 metros cuadrados, dos plantas, cuatro dormitorios, cuatro baños y medio, cuatro impresionantes terrazas, una de las cuales cuenta con su propia piscina privad y cocina al aire libre. Durante la pandemia, el cantante se refugió en una mansión de alquiler en la capital de Puerto Rico, San Juan.
La única compra inmobiliaria “oficial” es la mansión en Los Ángeles que le adquirió el año pasado a la cantante Ariadna Grande por casi US$ 9 millones. Situada en Hollywood Hills, cerca de Hollywood Boulevard y del famoso Teatro Dolby, la residencia de una sola planta de estilo minimalista tiene tres dormitorios, dos baños, un garaje para dos coches y una piscina al borde de una colina.
La generación de Bad Bunny, que acaba de cumplir 30 años, no vivió la bonanza económica de Puerto Rico de los años 90. Les tocó la crisis económica y las medidas de austeridad impuestas por una Junta de Control Fiscal designada por EEUU. El cantante ha puesto la isla en el mapa y ha abierto camino a otros artistas locales como Raw Alejandro, Young Miko o Anuel AA.