Fue un partido lleno de emoción, goles e intensidad. Las cosas se calentaron hacia el final, especialmente para Lionel Messi, quien quiere ganarlo todo. El juego terminó en un empate 3-3 contra los San Jose Earthquakes en la carretera, pero Messi quedó furioso después de un incidente tardío cuando el árbitro Dickerson no pitó falta sobre el número 10 del Inter Miami. Después del pitido final, Messi se enfrentó al árbitro, recibió una tarjeta amarilla y estuvo muy cerca de ver otro color. El entrenador en jefe de San Jose, Bruce Arena, tuvo que intervenir para calmar las cosas.
Fue un partido lleno de acción. Inter Miami anotó a los 35 segundos, San Jose remontó e incluso se puso por delante 3-2, pero los visitantes igualaron en la segunda mitad y presionaron fuerte en busca de la victoria. Messi estuvo activo y tuvo algunas oportunidades, pero no pudo encontrar el gol. En los últimos minutos, fue derribado cerca del área, pero el árbitro dejó seguir el juego y le dijo que se levantara, momento en el que Messi perdió la compostura.
El argentino no solo intercambió palabras con Dickerson, también hubo gestos acalorados. Mientras el capitán del Inter Miami se alejaba, se dio la vuelta para mirar hacia atrás, y fue entonces cuando recibió la tarjeta amarilla. Messi regresó para decir unas palabras más, lo que provocó que el árbitro actuara como si estuviera sacando una roja. El entrenador de los Earthquakes, Bruce Arena, intervino y escoltó a Leo lejos.
Dickerson había arbitrado a Messi antes, primero en la Copa Abierta de Estados Unidos de 2023 durante un empate contra Cincinnati que el Inter Miami ganó en penales; brevemente en un partido de la MLS de 2024 cuando Messi entró contra Toronto; y en un amistoso entre Argentina y Guatemala antes de la Copa América del año pasado, un partido en el que Leo anotó dos goles en una victoria por 4-1.
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