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Luis Ernesto Alva Talledo llegó a Lima a los seis años de edad desde su natal Paita, en Piura. Una vez en la capital, estudió en los colegios La Salle y Anglo Peruano, donde tuvo una temprana participación como cantante en las actividades escolares.
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Pero terminó la secundaria y en el horizonte estaba ser marino. Así ingresó como cadete a la Marina de Guerra del Perú. Tránsito que declinó cuando la musicóloga y compositora Rosa Mercedes Ayarsa le dijo que, en realidad, su futuro era el canto y no las Fuerzas Armadas.
Con 22 años, el tenor ya sobresalía en la zarzuela Luisa Fernanda y en los concursos de canto de estaciones radiales. Alva logró el segundo lugar en “El Gran Caruso”, una competencia global auspiciada por Metro-Goldwyn-Mayer tras el éxito de la película homónima. Así lo narra Miguel Molinari, prestigioso promotor de la ópera en el Perú.
Este hecho gatilló en él su decisión de apostar por una carrera como tenor. En 1953, Luis Alva vendió todo lo que pudo para viajar a Milán. Con el apoyo de la Internacional Petroleum Company y una beca del Ministerio de Educación del Perú, el tenor halló en Italia la oportunidad de trabajar con maestros de canto y presentarse en audiciones ante públicos exigentes.
Molinari cuenta que Víctor de Sabata, director de la Scala de Milán, lo escuchó en el aria de “El matrimonio secreto” de Cimarosa y luego de ello lo incorporó en el elenco principal. Tras lo cual vendría un gran momento para él: Carlo Maria Giulini, al frente de la producción de El Barbero de Sevilla, lo convocó para interpretar al Conde de Almaviva junto a María Callas y otras megaestrellas de la ópera.
La noche del 16 de febrero de 1956, con 29 años cumplidos, Alva se presentó ante el público de Milán. Recibió prolongados elogios, estaba conquistado Italia. En ese momento el mundo descubrió a Luis Alva. “De ahí comenzó un trabajo que no paró nunca con los principales directores y cantantes del mundo. En su momento fue considerado el mejor tenor ligero del mundo”, declara Molinari a Perú21.
Alva participó en más de 261 recitales y 28 temporadas en La Scala de Milán.
“Es, sin lugar a dudas, una de las glorias de la ópera mundial, uno de los grandes tenores en la historia del canto lírico, cuya voz se impuso no solo por su belleza sino por su personalidad, simpatía, carisma y por su gran capacidad escénica”, agrega Molinari.
Alva le quiso retribuir al Perú la gloria que alcanzó. Así creó la Fundación Proarte Lírico que luego se convirtió en Prolírica y durante más de 25 años gestó el arte lírico, sobre todo desde el Teatro Municipal de Lima.
“Tuve la suerte de conocerlo y este año estamos dedicando una sala a su nombre en el Teatro Municipal. Y la temporada será en homenaje a Luis Alva. Dejó el nombre del Perú en lo más alto”, nos dice Molinari, quien también es representante de la Gerencia de Cultura del Municipio de Lima.
Luis Alva falleció el 15 de mayo de 2025 en Milán, a los 98 años. Una gran figura mundial de la ópera pasó a la eternidad.
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