La rápida sucesión de noticias de guerra comercial e inflación están desencadenando un recambio de posiciones en la renta fija chilena, donde los instrumentos en UF y en pesos chilenos ya se encuentran por lo menos empatados en términos de retorno potencial, según agentes del mercado consultados por DF.
Esto obedece al “cambio diametral que han tenido las expectativas de inversión en el último tiempo”, dijo el subgerente de renta fija de BICE Inversiones, Marco Gallardo. “Deberíamos tener registros de inflación bastante más bajos en los meses siguientes. Incluso uno de ellos, probablemente el de junio, debería ser negativo. En general, los flujos diarios muestran una preferencia mayor por instrumentos nominales frente a los denominados en UF”, apuntó.
Las tasas de los derivados financieros describen esta situación. Los swaps promedio cámara en UF a dos años se han disparado más de 30 puntos base (pb) en el curso de mayo, más que los 15 pb de los swaps nominales. Esto significa que la compensación inflacionaria según estos instrumentos -el diferencial entre ambos tipos- baja alrededor de 20 pb en el período.
Espacio para recortar
“Si anteriormente vimos un escenario donde en la inflación implícita para tramos medios y largos favorables a la renta fija en pesos se llegó a descontar niveles de inflación de entre 3,3% y 3,4%, hoy en día vemos niveles más normalizados, donde la curva swap incorpora inflación implícita entre 3% y 3,1%. La renta fija con vencimiento al 2030 (en los bonos) está incorporando niveles de 3%. Lo anterior demuestra un escenario más neutro en términos de posicionamiento de moneda”, explicó el portfolio manager de MBI Inversiones, Ramón Domínguez.
“El último dato de inflación local sorprendió levemente a la baja. Este resultado, junto con cifras de balanza comercial más positivas y datos de remuneraciones que no muestran signos renovados de presiones inflacionarias, reafirma nuestro escenario base”, señaló Pacífico Research en un reciente informe dirigido a sus clientes institucionales.
Según el reporte, esto apunta a “una inflación corriendo a una velocidad ligeramente superior a la meta del Central, con una tendencia consistente a la baja en los próximos meses”, una combinación de dinámicas que “deja espacio para que el BC reduzca la Tasa de Política Monetaria (TPM), aunque sin hacerlo de forma agresiva o profunda”.
Lo que vino esta semana presionó a la baja a las tasas a nivel internacional: el IPC estadounidense fue más suave de lo esperado, y múltiples datos tales como las ventas minoristas y los precios al productor se comportaron de forma similar. En Chile, la minuta de la última reunión del Central reveló que los consejeros evaluaron un recorte ese mismo día. El mercado prevé dos bajas de 25 pb en la TPM antes de 2026, e incluso se asoma la probabilidad de que en diciembre haya un tercero.
Las oportunidades
¿Se cerró ya la oportunidad de compra? “Para estos niveles de compensación inflacionaria, estamos neutrales entre pesos y UF. Sin embargo, sí vemos una oportunidad en renta fija latinoamericana en dólares, que tuvo un salto en spread importante, que sumado a la tasa base, hoy entrega retornos ajustado por riesgo muy interesantes”, comentó el portfolio manager de Falcom Asset Management, Ignacio Godoy.
“Transitoriamente mientras vemos estos niveles de inflación contenidos, pueden verse más atractivos los depósitos en pesos, aunque se encuentran relativamente bien arbitrados en el mercado, por lo que no debiera ser algo dramático”, estimó el subgerente de estudios y análisis cuantitativo Principal Chile, Ramiro Torres.
Afirmó que quedan algunos meses con un devengo atractivo por el lado de la UF, por lo que la rotación hacia los papeles nominales no continuaría de forma drástica. En cuanto a la duración, calculó que “los tramos de duración intermedios continúan con un perfil más atractivo que duraciones más largas, mientras las partes cortas tienen un atractivo limitado en el corto plazo”.
Desde BICE, Gallardo sostuvo que las tasas en UF no deberían tener un mal desempeño, ya que deberían caer también (la tasa se mueve de forma inversa al precio), pero proyectó que en términos relativos, los instrumentos en pesos deberían comportarse mejor que los indexados a inflación.
De acuerdo con el ejecutivo, “en la medida en que veamos correcciones y caídas en los bonos del Tesoro, también deberíamos ver una salida hacia los instrumentos en pesos en el mercado local”. A esto añadió que “los papeles de Hacienda con vencimiento entre 2028 y 2035 nos parecen relativamente atractivos, aunque esto depende del portafolio y del horizonte de inversión”.
Ya de por sí entrar a instrumentos nominales representa un desafío en el mercado chileno, donde más de 90% de la deuda está emitida en UF, y es por ello que los bonos soberanos son los que se asoman como principal opción.
“Si bien se han moderado, las compensaciones inflacionarias se mantienen algo por encima de los niveles proyectados por nuestros modelos, con una inflación implícita que aún supera el 3,3% para diciembre de 2026. Seguimos previendo cierta normalización en el mediano plazo, especialmente en las estructuras forward con inicio en al menos seis meses más”, proyectó Pacífico.
“Lo que hemos observado es que tanto los datos de empleo en EEUU como los de inflación apuntan hacia un aterrizaje suave de la economía estadounidense y no hacia una contracción drástica que requiera una política mucho más acomodaticia por parte de la Fed, con tasas por debajo del 2,5%. En caso de que este escenario alternativo se materialice, el BC tendría espacio para actuar con mayor rapidez y profundidad en sus decisiones futuras sobre la TPM”, puntualizó.