Las últimas cifras publicadas sobre la pobreza monetaria en 2024 muestran un hecho evidente: entre 2019 y 2024, el número de pobres aumentó en casi 3 millones de ciudadanos. Este dato, junto con el creciente problema de la inseguridad ciudadana y la turbulencia política, explican el descontento generalizado. Todavía no nos hemos recuperado del 2020.
La principal forma de reducir la pobreza es a través del crecimiento económico. Aunque existen mecanismos complementarios, como los programas sociales, si revisamos la experiencia histórica, los períodos de mayor disminución de la pobreza coinciden con los de mayor crecimiento. Veamos algunos datos. Entre 2004 y 2013, la economía peruana creció en promedio un 6.9% anual, y la pobreza disminuyó del 58.7% al 23.9% en el mismo período. Luego, entre 2014 y 2019, el crecimiento promedio fue del 3% y la pobreza se mantuvo estable. Esto nos indica que un crecimiento del 3% anual no es suficiente para reducir la pobreza. Es necesario crecer más.
¿Cómo lograrlo? Solo hay una forma: aumentando la inversión tanto privada (80% del total de inversión) como pública (20%). Sin embargo, esto no ocurre de manera automática. La economía peruana se encuentra en una trampa de crecimiento. ¿En qué consiste esto? En que parece que no podemos superar el 3% de crecimiento, a menos que haya un impulso desde el exterior, como sucedió con el crecimiento de China entre 2004 y 2013, que creció un 12% anual y, a través de una mayor demanda de metales, hizo crecer a Perú un 6.9% en promedio anual. El problema surgió cuando China empezó a crecer un 6% después de 2013. En ese momento, el crecimiento de Perú se redujo al 3% en promedio anual y volvimos a caer en la trampa, manteniendo la pobreza entre 2014 y 2019.
A pesar de todo, entre 2015 y 2019, la pobreza monetaria se mantuvo en alrededor del 20% de la población. La pandemia la elevó al 30%, y en 2023 fue del 29%. En 2024 llegó al 27.9%. ¿Qué se espera de crecimiento para 2025? Según el MEF, un 3.1%. Seguimos en la trampa, que no es suficiente para reducir la pobreza.
Hasta ahora, dos ideas claras. Primero, el crecimiento económico es la principal herramienta para reducir la pobreza. Segundo, un crecimiento del 3% anual no es suficiente. ¿Cómo el crecimiento reduce la pobreza? Hay dos canales: por un lado, genera empleo; por otro, aumenta la recaudación tributaria del Gobierno y, con ello, incrementa el gasto público, que se supone se destina a mejorar la calidad de vida de los más vulnerables. Sin embargo, hay al menos dos suposiciones para que se cumpla el vínculo entre crecimiento y pobreza. Primero, la existencia de un Estado eficaz y eficiente para utilizar el dinero, fruto del crecimiento, en los más vulnerables, como inversiones en educación, salud, infraestructura, seguridad, etc. Segundo, que exista una fuerza laboral que pueda ser absorbida por las necesidades de las empresas de cualquier tamaño.
Dado que la economía peruana tiene desventajas en ambos supuestos, nos mantenemos en la trampa de crecimiento, sin poder crecer más. Por lo tanto, la solución para reducir la pobreza de manera sostenible sin depender de factores externos, como el desempeño de China, es realizar reformas urgentes en áreas y sectores que no funcionan como deberían.
Estabilidad monetaria y fiscal + reformas = crecimiento alto y reducción de la pobreza. Las reformas se centran en mejorar las instituciones con el objetivo de aumentar la productividad de la economía. Una mayor oferta implica un incremento del PIB por encima del 3%. Ojalá podamos lograrlo algún día.