Una droga perversa se está propagando por Europa y se trata de un opioide sintético compuesto por 20 derivados diferentes.
El fentanilo ha causado estragos en varias regiones de Estados Unidos en los últimos años, donde personas con aspecto de ‘zombies’ deambulan por las calles debido a los efectos de la droga. Ahora, las alarmas han vuelto a sonar con una nueva droga que es 40 veces más potente que el fentanilo y 140 veces más potente que la heroína. Se trata de los nitazenos, conocidos popularmente como ‘iso’, una sustancia que ya ha cobrado la vida de más de 200 personas.
Esto ha llevado a que Trump advierta al presidente de México sobre la atención inmediata que se debe prestar a esta droga de alto riesgo para los Estados Unidos. Los nitazenos son opioides sintéticos que no provienen de la planta de opio, sino que son compuestos creados artificialmente en laboratorios. Al ser consumidos, afectan las mismas regiones del cerebro que los opioides de origen natural, generando efectos similares.
Según informes de la BBC, este fenómeno surgió a raíz de la prohibición del cultivo de amapola en Afganistán, lo que resultó en una drástica reducción del 95 % en la producción de opio en 2023 en comparación con el año anterior. Aunque aún es temprano para evaluar las consecuencias a largo plazo de esta disminución, se advierte que esta situación podría llevar a un aumento significativo en las tasas de sobredosis al impulsar a los usuarios de heroína a recurrir a otros opiáceos.
Los nitazenos pueden ser consumidos por inyección, inhalación o ingestión. Su combinación con otras sustancias como drogas o alcohol es extremadamente peligrosa, ya que aumenta considerablemente el riesgo de sobredosis y muerte.
El Blog Salmon aborda el tema y destaca que el fentanilo está cobrando vidas en los Estados Unidos y que esta droga, que deja a las personas como zombis, se está volviendo más común fuera de Norteamérica. Barrios de las principales zonas urbanas se ven inundados de adictos que parecen ignorar todo lo que no sea la droga a la que son adictos.
Además de ser mortal, el fentanilo también está devastando la economía. Este opioide, desarrollado por primera vez en 1960, es conocido por ser 100 veces más efectivo que la morfina y 50 veces más efectivo que la heroína. Existe un riesgo de sobredosis que puede llevar a daños cerebrales permanentes, coma o incluso la muerte.
La cocaína también está desencadenando una crisis global, con un aumento en el consumo y la producción en varios mercados. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) advierte sobre un aumento en la producción de cocaína, con cultivos y laboratorios en diversas regiones del mundo.
En cuanto a los opioides, se están convirtiendo en la segunda droga más popular del mundo, con 60 millones de consumidores, y su uso se está extendiendo en Latinoamérica. A pesar de que no hay evidencia de producción de fentanilo en la región, su desvío para uso como droga representa un riesgo significativo.
En 2022, se registró un récord de 2.757 toneladas de cocaína a nivel mundial, con un aumento del 20% respecto al año anterior. Colombia es un proveedor clave de este aumento, con un aumento del 12% en el cultivo de arbustos de coca entre 2021 y 2022.
El uso de opioides ha aumentado significativamente en América del Norte, con Canadá reportando 7.500 muertes por opioides en 2022 y Estados Unidos alcanzando casi 82.000 muertes en el mismo año. La complejidad en el manejo de dosis tan pequeñas es una de las principales preocupaciones en la lucha contra estas drogas.
La relajación de las políticas antidrogas, especialmente en el caso del cannabis, puede contribuir al inicio temprano del consumo y tener implicaciones en el desarrollo del cerebro. En Latinoamérica, la edad de inicio del consumo de drogas está disminuyendo, con casi la mitad de las personas en tratamiento siendo jóvenes que comenzaron con el cannabis.
Ante esta compleja situación, la aparición de una droga tan potente como los nitazenos representa un peligro aún mayor para la salud pública. Es necesario tomar medidas urgentes para combatir el tráfico y consumo de estas sustancias que están causando estragos en todo el mundo.