El extenso proyecto de ley fiscal y de gasto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, superó un obstáculo crucial el jueves, cuando la Cámara de Representantes votó siguiendo las líneas de los partidos para iniciar un debate que llevaría a una votación sobre su aprobación más tarde.
El proyecto de ley ampliaría los emblemáticos recortes de impuestos de Trump de 2017, crearía nuevas exenciones fiscales para los ingresos por propinas y los préstamos para automóviles, pondría fin a muchos subsidios de energía verde y aumentaría el gasto en el ejército y el control de la inmigración. También endurecería los requisitos de elegibilidad para los programas de alimentación y salud que atienden a millones de estadounidenses de bajos ingresos.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, de carácter no partidista, la legislación propuesta —a la que Trump apodó “un gran proyecto de ley precioso”— también añadiría durante la próxima década US$3,8 billones (millón de millones) a la carga de la deuda estadounidense, actualmente de US$36,2 billones.
Los legisladores votaron 217-212 a favor de iniciar el debate de la ley en una sesión inusual antes del amanecer, en la que se escucharon vítores y abucheos entre los miembros de los partidos. Un único legislador republicano, el halcón fiscal Thomas Massie, se unió a los demócratas en la oposición.
Estaba previsto que votaran de nuevo para aprobar la medida a última hora de la mañana y enviarla al Senado, liderado por los republicanos, que probablemente tardaría semanas en actuar.
No estaba claro que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, obtuviera el apoyo necesario de su estrecha mayoría republicana de 220-212 escaños.
Johnson expresó su confianza en que el proyecto de ley sería aprobado por la Cámara después de una reunión en la Casa Blanca con Trump y los conservadores de línea dura, que estaban enojados porque no contenía más recortes de gastos.
“Estamos en un muy buen lugar”, dijo Johnson a los periodistas. “Creo que vamos a conseguirlo”.
Los republicanos han estado profundamente divididos en torno al proyecto de ley, lo que plantea dudas sobre si podrán tener la unidad necesaria para aprobarlo frente a la oposición uniforme de los demócratas.
Tras un comienzo en falso en un comité del Congreso la semana pasada, la legislación fue aprobada por otra comisión a última hora del miércoles, tras una sesión maratoniana de casi 22 horas en la que los demócratas presentaron más de 520 enmiendas en un intento fallido de modificar la legislación propuesta.
Más tarde, los demócratas intentaron retrasar la consideración del proyecto de ley en el pleno de la Cámara con una serie de mociones fallidas que cuestionaron la validez del proceso.
“Vamos a contraatacar y vamos a luchar con todas nuestras fuerzas”, dijo el representante demócrata Jim McGovern.
“Este proyecto de ley es una estafa, una estafa fiscal diseñada para robarles a ustedes, el pueblo estadounidense, y dárselo a los amigos millonarios y multimillonarios de Trump”, añadió.
El programa de salud Medicaid para hogares de bajos ingresos había demostrado ser un importante punto de fricción entre los republicanos, con los halcones fiscales presionando por recortes para compensar en parte el coste de los componentes fiscales del proyecto de ley, que los republicanos moderados dicen que perjudicaría a los votantes cuyo apoyo necesitarán en las elecciones legislativas de mitad de período de 2026.
Pero tras la reunión del miércoles en la Casa Blanca, los republicanos presentaron un paquete de enmiendas que contenía acuerdos entre Johnson y varias facciones republicanas.
Las revisiones incluían la imposición de requisitos laborales para el programa Medicaid a finales de 2026, dos años antes de lo previsto. También penalizaba a los estados que ampliaran Medicaid en el futuro y aumentaba la cantidad de impuestos estatales y locales que pueden deducirse de los impuestos federales sobre la renta.