La Nueva Inquisición: Por Luis De Stefano Beltrán, PhD (*) y Ernesto Bustamante, PhD (**)

Desde el inicio del siglo XXI, hemos sido testigos del resurgimiento de una nueva inquisición, donde algunos individuos autoproclamados como ‘ungidos’, creyéndose tocados por los dioses del Olimpo y armados con la cultura de la cancelación, actúan como guardianes socráticos de una nueva moralidad, silenciando cualquier disidencia con un fervor que recuerda la paranoia colectiva de la caza de brujas en la Europa de las hogueras. Las antorchas han sido reemplazadas por los hashtags de las redes sociales, pero el objetivo sigue siendo el mismo: purgar a los ‘herejes’ que desafían el dogma establecido.

Thomas Sowell describe a los ‘ungidos’ como una casta que se considera poseedora de la verdad absoluta, justificando sus cruzadas con nobles intenciones mientras desestiman la evidencia y la libertad individual como simples sugerencias en el debate público. La cultura de la cancelación es su herramienta inquisitorial, diseñada no para debatir, sino para intentar destruir reputaciones y eliminar voces disidentes. Mientras que en la Inquisición española se castigaba la herejía para “salvar almas”, los ungidos modernos -activistas, académicos, corporaciones y medios- justifican la censura como un acto de “justicia social”.

Entre los numerosos casos de ejecución mediática de esta dinámica inquisitorial, podemos mencionar el de Jordan Peterson, psicólogo y autor canadiense. Peterson saltó a la fama por oponerse al Proyecto de Ley C-16 de Canadá en 2016, que según él podría obligar a los ciudadanos a utilizar una terminología específica en temas de identidad de género, lo que consideraba un ejemplo de discurso forzado. Sus críticas a la corrección política, el feminismo y la ideología ‘woke’ lo convirtieron en blanco fácil de la Nomenclatura de lo políticamente correcto.

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En 2018, durante la promoción de un libro, sus presentaciones públicas se vieron enfrentadas a repetidas protestas de activistas y académicos que hicieron campaña para prohibirle dar charlas en universidades. La más destacada fue la desinvitación de la Universidad de Cambridge en 2019, que le revocó una beca de investigación debido a acusaciones de transfobia y misoginia. Las redes sociales se convirtieron en un eco de aquellos que pedían boicotear sus libros y etiquetarlo como una “figura de odio”. En 2022, el Colegio de Psicólogos de Ontario calificó sus opiniones como “degradantes” y “poco profesionales”, ordenándole someterse a un programa de reentrenamiento en redes sociales y amenazándolo con revocar su licencia profesional si no lo hacía. Peterson se opuso firmemente a esta orden, argumentando que su posición sobre la Ley C16 era una cuestión de libertad de expresión que no afectaba su práctica profesional como psicólogo. Lamentablemente, todas las instancias legales confirmaron la orden, lo que lo llevó a emigrar a Estados Unidos en busca de un entorno menos autoritario.

La persecución mediática a Peterson no es un caso aislado. Otros ejemplos incluyen el despido de James Damore de Google por cuestionar las políticas de diversidad de la empresa, la campaña de cancelación contra Camille Paglia por sus opiniones controvertidas sobre el feminismo y la sexualidad, y la actual campaña en contra de J.K. Rowling por sus comentarios sobre el sexo biológico y la identidad de género. A pesar de todo, hay esperanza. La resistencia comienza con hechos, razón y responsabilidad individual. Rechazar el dogma de los ungidos implica fomentar el diálogo, proteger a los cancelados, desafiar la ortodoxia con argumentos y sin miedo, apoyar el debate científico y el pensamiento crítico, defender la libertad de expresión y cultivar una cultura que valore la verdad sobre la conformidad. No permitamos que la nueva inquisición triunfe. Como Hamlet nos recuerda, enfrentar la verdad, aunque incómoda, es el primer paso para redimir el alma. En un mundo que lucha por la libertad, rechazar el dogmatismo de los ungidos es un acto de coraje. No nos apliquemos el bálsamo de la complacencia; desafiemos a los inquisidores con la fuerza de nuestras ideas.

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(*) Biólogo Molecular de Plantas y Profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia

(**) Biólogo Molecular y Congresista de la República

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