Hablar de Lázaro Calderón Volochinsky (60 años, casado, cinco hijos) es hablar de Ripley. En agosto próximo, el ejecutivo y empresario cumplirá 44 años trabajando en la compañía, de los cuales, más de la mitad ha sido su gerente general. Y, según dicen sus cercanos, no hay vientos de cambio y seguirá por bastantes años más al mando de la sociedad, fundada por su padre Alberto y su tío Maxo en 1956.
Contador auditor de la Universidad de Santiago, Lázaro celebró el primer trimestre de este año un nuevo hito en la empresa. Tras años muy complicados por la crisis social y la pandemia, la empresa registró la mejor utilidad en un primer cuarto en la historia de Ripley. La firma ganó $ 15.376 millones, con una mejora de $ 17.856 millones respecto del mismo período de 2024.
“El continuo enfoque en rentabilidad y eficiencia impulsó la mejora en el resultado operacional”, destacó la empresa al analizar sus resultados.
“Son varios trimestre que venimos haciendo las cosas mejor”, explicó un miembro del directorio de la compañía, presidida por el también histórico de Ripley, Hernán Uribe. Lo acompañan en el consejo Michel y Andrés Calderón Volochinsky (hermanos de Lázaro), Laurence Golborne, Miguel Ángel Peña, Alejandro Rosemblatt y los independientes Verónica Edwards, María Paz Gillet y Felipe Zegers.
Los buenos resultados se han extendido a la bolsa, donde la acción acumula, en lo que va del año, un alza de 70% hasta los $461, llevando su capitalización bursátil hasta los US$ 945 millones.
No obstante, la acción aún está lejos de los más de $ 700 que llegaron a valer en su peak en 2018, cuando la empresa tenía un valor en bolsa superior a los US$ 2.000 millones.
Pero la pandemia golpeó con fuerza a la compañía, al igual que a sus rivales como Falabella (con un veranito de San Juan tras los retiros parciales de los fondos de pensiones). A mediados de 2022, el valor en bolsa de Ripley llegó a unos escuálidos US$ 254 millones.
Frente a este escenario, la firma implementó un profundo cambio en su estrategia de negocio. El plan fue desarrollado por Lázaro Calderón junto a su equipo (incluida su mano derecha, Sergio Hidalgo) y luego fue presentado al directorio que lo aprobó.
En esencia, el plan consideró focalizarse en la rentabilidad de la compañía, mejorando los márgenes por sobre las ventas y la participación de mercado: vender menos y ganar más y, más importante aún, dice un directivo de la empresa, ganar la preferencia del cliente.
Como parte de esto, se decidió no llenarse de liquidaciones, sino que definirlas con pinzas.
También se implementó un plan permanente de revisión de las tiendas, cerrando las deficitarias, junto con controlar el riesgo del banco.
Esto implicó el cierre de locales emblemáticos, como los del Alto Las Condes, La Dehesa, Paseo Huérfanos y Concepción.
En el primer trimestre de 2018, la empresa manejaba 47 tiendas en Chile y 29 en Perú, dando empleo a 24.209 personas.
En el mismo período de 2025, la compañía sumaba 42 locales en Chile y 30 en el vecino país, con una dotación de 18.251 trabajadores, es decir, casi seis mil personas menos en siete años.
En el negocio inmobiliario, actualmente el grupo opera cinco centros comerciales en Perú y participa en la propiedad de dos malls en Chile.
¿Vendrán nuevos cierre de locales? “No hay nada inminente, pero siempre se evalúa la rentabilidad de las tiendas”, dice un directivo de la empresa bajo reserva.
Ripley no respondió a las consultas de Señal DF.
La visión del mercado
Durante el primer trimestre, la compañía registró un importante aumento en sus ingresos en Chile, principalmente en categorías definidas como foco para la empresa, entre ellas, belleza, deporte y mujer. A esto se sumó el mayor impulso de la venta de extranjeros (principalmente argentinos) versus el mismo período de 2024.
“Los resultados del período están en línea con nuestra visión de una recuperación del sector retail, principalmente en el consumo más discrecional como son tiendas por departamento y retail financiero”, destacó Bci Corredor de Bolsa.
“Ripley volvió a presentar sólidos resultados, con una significativa recuperación de márgenes en todos los segmentos, pero aún a la espera de una mayor contribución del segmento bancario a sus ingresos”, sumó Credicorp Capital.
Al interior de Ripley, no hay apuro; dicen que el foco es y será, la rentabilidad.
La baja en la participación accionaria de Verónica Calderón
A mediados del 2018, Verónica Calderón Volochinsky acusó a sus hermanos Michel, Lázaro y Andrés de haberse “apropiado de sus acciones” tras un aumento de capital donde se diluyó su participación en la firma.
Finalmente, la accionista se retiró de todas las sociedades controladoras de Ripley Corp y quedó con el 7,17% de la compañía de forma directa (además de recibir unos US$ 20 millones en efectivo). Asimismo, sus hermanos quedaron con el control de la sociedad con el 42,84%, a través de Inversiones R Matriz Limitada, participación que mantienen hasta el día de hoy.
Sin embargo, Verónica bajó su participación y, actualmente, maneja alrededor del 4% de la compañía a través de la sociedad Inversiones Verónica Berta Calderón.
Los hermanos hombres Calderón Volochinsky tienen un pacto de actuación conjunta y, tras la disputa familiar, sellaron un acuerdo de sindicación de votos con Verónica. Este terminó el 14 de diciembre de 2024, según estaba establecido.