La sonda voladora se lanzará en 2028 para explorar la química prebiótica en la luna más intrigante de Saturno
La NASA está preparando el lanzamiento de Dragonfly, una misión revolucionaria que llegará a Titán, la luna más grande de Saturno, para investigar si allí ocurrieron los mismos procesos químicos que dieron origen a la vida en la Tierra.
Este módulo de aterrizaje volador, del tamaño de un coche, despegará no antes de 2028 y explorará distintos puntos del terreno helado, empezando cerca del cráter Selk, una zona antigua de impacto rica en material orgánico.
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Inicialmente, Dragonfly no buscará vida directamente, sino huellas de la química que antecedió a la biología, aquella que en nuestro planeta originó los primeros organismos.
Titán es un mundo congelado con mares de metano y dunas orgánicas, pero contiene todos los elementos esenciales para la vida como la conocemos ahora.
En el cráter Selk, el calor del impacto pudo crear lagunas subterráneas. Allí, agua, compuestos orgánicos y minerales pudieron combinarse, simulando una «sopa primordial» planetaria.
Dragonfly analizará este terreno usando DraMS, un espectrómetro de masas desarrollado por la NASA y Francia. Este instrumento identificará patrones químicos vinculados a moléculas complejas siempre relevantes.
Al final, los científicos esperan que esta misión revele si la química de la vida es universal o solo una casualidad terrestre, ayudando así a comprender su prevaléncia.