Con grandes expectativas y tras dos postergaciones, el nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez finalmente inició operaciones el 1 de junio, marcando un hito en la infraestructura aeroportuaria del país. Sin embargo, lo que debía ser una jornada histórica se vio empañada por una serie de fallas logísticas, retrasos de vuelos y denuncias de filtraciones en oficinas de aerolíneas.
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La obra de ampliación, esperada durante años, representa una inversión millonaria y promete convertir al Jorge Chávez en uno de los hubs más modernos de Sudamérica. Su inauguración forma parte del Plan Maestro de Desarrollo Aeroportuario, impulsado por el Estado peruano y LAP (Lima Airport Partners), con el objetivo de atender hasta 37 millones de pasajeros al año.
Las novedades del nuevo terminal
La transformación del aeropuerto no es solo estética, sino también funcional. Entre las principales novedades del nuevo Jorge Chávez, destacan:
Mayor capacidad operativa: el nuevo terminal tiene más del triple de capacidad del anterior, con más posiciones de embarque, mangas telescópicas y espacios optimizados para atender vuelos nacionales e internacionales de forma simultánea.
Infraestructura moderna y cómoda: ahora, los pasajeros cuentan con cuartos de descanso, ideales para quienes esperan conexiones largas. También se han implementado nuevas salas VIP, equipadas con servicios premium como duchas, estaciones de trabajo y catering exclusivo.
Patio de comidas con gastronomía peruana: una de las apuestas más atractivas es su zona de alimentos, que reúne a reconocidas marcas y platos típicos del Perú. Aunque algunos precios están en dolares, la variedad y calidad gastronómica busca brindar una experiencia única al viajero.
Sistema automatizado y digitalización: se han implementado pórticos inteligentes, quioscos de autoservicio, procesos automatizados de check-in y migraciones, además de señalética en varios idiomas y pantallas interactivas para mejorar la orientación del usuario.
Problemas en los primeros días de la inauguración
Pese al entusiasmo por la puesta en marcha del nuevo Jorge Chávez, los primeros días dejaron en evidencia una serie de fallas críticas en su operatividad:
Retrasos y cancelaciones por falta de combustible: una de las situaciones más delicadas se dio cuando varios vuelos nacionales e internacionales sufrieron demoras o fueron cancelados debido a que los aviones no habian sido abastecidos de combustible a tiempo. Esto generó caos en los mostradores de aerolíneas, largas filas y frustración entre los pasajeros.
Fallas logísticas en distribución interna: fuentes cercanas al personal aeroportuario revelaron que aún no se han resuelto por completo los circuitos de abastecimiento interno, lo que ha generado demoras en carga, descarga y abastecimiento a los aviones.
Complicaciones en Migraciones: otro de los cuellos de botella se dio en el área de control migratorio, especialmente en los vuelos internacionales. La gran cantidad de pasajeros y la falta de personal habrían originado largas esperas, lo que derivó en la reprogramación de algunos vuelos. Esto no ocurría en el antiguo terminal.
Filtraciones en oficinas de aerolíneas: una de las imágenes más comentadas en redes sociales fue la del video viral que mostraba una intensa filtración de agua en las oficinas de Copa Airlines, donde un chorro caía directamente sobre equipos electrónicos como impresoras y computadoras encendidas. Aunque LAP no ha emitido un comunicado oficial sobre este incidente, el video encendió las criticas sobre la calidad de las instalaciones entregadas.
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