¿Pensando en donar sangre? Estos son los mitos y verdades más populares de esta valiosa acción

La sangre no se fabrica, se dona. Y su disponibilidad puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. En procedimientos quirúrgicos complejos, tratamientos de cáncer, partos de riesgo y accidentes graves, contar con sangre segura es vital. Sin embargo, el mundo enfrenta una realidad preocupante: la demanda de sangre aumenta más rápido que las donaciones voluntarias.

Según el Ministerio de Salud, se necesitan entre 624,000 y 640,000 unidades de sangre al año, pero menos del 2 % de la población dona de manera voluntaria y regular.

Según el Informe 2025 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 60 países —incluidos cuatro en América Latina— registran menos de 10 donaciones por cada 1,000 habitantes al año, una cifra alarmantemente baja para mantener abastecidos los bancos de sangre.

En este contexto, cada 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre, una iniciativa que busca fomentar la cultura de la donación voluntaria, altruista y periódica. Este año, el llamado cobra más urgensia que nunca.

En países de América Latina, donde aún prevalecen ideas erróneas y temores injustificados, la desinformación se convierte en un obstáculo crítico. Así lo advierte la Dra. Ina Pérez Huaynalaya, médico jefe de la Red de Sangre en Auna Perú:

“Desterrar los mitos, erradicar el temor natural con información permite salvar más vidas y plasma en el inconsciente colectivo la importancia de las cadenas de solidaridad y responsabilidad social”, señala.

Entre los mitos más frecuentes que alejan a potenciales donantes, la especialista destaca:

Tatuajes y piercings son una barrera permanente para donar: las personas que cuenten con ello SÍ pueden hacerlo, siempre que haya transcurrido un periodo de entre 6 y 12 meses desde el procedimiento, según lo establezcan las regulaciones de cada país. Esta espera preventiva busca descartar posibles infecciones.
Hipertensión o diabetes descalifican al donante: si la presión arterial está controlada y la diabetes no requiere insulina, la persona PUEDE ser apta. La evaluación médica previa permite asegurar que la salud del donante y del receptor no se vea comprometida.
El ciclo menstrual limita la capacidad de donar: desde el punto de vista clínico, NO hay ninguna contraindicación si la persona se siente bien con el ciclo menstrual activo, no presenta anemia y se encuentra en condiciones generales óptimas. El proceso de donación es seguro y bien tolerado en estas circunstancias.
No es posible donar más de una vez al año: se puede ser donante 3 veces (varones) a 4 veces (mujeres) al año, respetando los tiempos necesarios para una recuperación saludable. Esta frecuencia permite sostener una red constante de donaciones sin comprometer la salud del voluntario.

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La sangre donada no solo se usa para transfusiones de emergencia. También es esencial para tratamientos crónicos, trasplantes y terapias oncológicas. La donación regular y voluntaria asegura la autonomía hospitalaria, fortalece las redes nacionales de salud y mejora la capacidad de respuesta ante catástrofes.

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