Es bueno soñar y si eres perseverante, lo cumples (ENTREVISTA EXCLUSIVA)

Todos buscan a Mitsuharu Tsumura, el alma detrás de Maido. El mejor restaurante del mundo. El que nació en Perú. El que nos pertenece. Porque es suyo, es nuestro. Es de todos.

Esperábamos que hiciera una escala en Madrid para conversar con Micha, el hombre que alcanzó la cima en The World’s 50 Best Restaurants 2025. Hoy todos quieren entrevistar a Micha. ¿Cómo lo logró? ¿Qué lo inspiró? ¿Qué hay detrás de ese primer lugar? Perú21 conversó con él, antes de que el mundo entero lo rodee.

El restaurante fue elegido el jueves como el mejor restaurante del mundo por la prestigiosa lista The World’s 50 Best Restaurants 2025, consolidando así el impacto global de la cocina peruana.

Si hay una palabra que podría describir lo que hoy siente es felicidad. Pero no es una felicidad solo por el premio. Es que Micha es un hombre feliz y si hay algo que lo mantiene en ese estado es la satisfacción, las sonrisas y las palabras de los que van a Maido y viven una experiencia memorable.

¿Qué pasó por su mente cuando anunciaron que Maido era el mejor restaurante del mundo? Micha no piensa mucho la respuesta. Cuenta, relata, revive lo que pasó.

“Lo estábamos esperando. Era un sueño, sí, pero también un objetivo al que veníamos apuntando desde hace tiempo. Maido lleva 11 años en el ranking mundial, hemos sido cuatro veces el número uno de América Latina, y ya estábamos en el top 5 global. Este último año hicimos un trabajo increible. Lo sentíamos. Teníamos la esperanza real. Y cuando finalmente lo anunciaron, lo único que pensé fue: lo logramos”, dice.

“Ese momento es puro nervio. Estás ahí, sin saber qué va a pasar, esperando escuchar el nombre. Y cuando dijeron Maido, fue automático: saltamos, nos abrazamos, gritamos de alegría. Lo primero que se me vino a la cabeza fue: lo logramos. Así, directo al corazón”, resalta.

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ORGULLO PERUANO

“Creo que esto no es solo una alegría para Maido, es una alegría para todo el país. Como lo hizo Central hace un par de años, este reconocimiento consolida al Perú —y a Latinoamérica— como una potencia gastronómica en el mundo. Ya no hablamos solo de restaurantes, hablamos de identidad, de cultura, de orgullo nacional. Tener dos restaurantes peruanos en el primer lugar del mundo en tan corto tiempo es histórico”.

Y agrega: “Y es también una invitación al mundo a conocer lo que somos, a través de nuestra cocina”, comenta Micha, el cocinero que empezó a amar este oficio cuando era un niño.

¿Qué te sigue emocionando cada día de la cocina?

“Hacer feliz a la gente. Yo vivo para eso. Y no hablo solo por mí: creo que todo el equipo de Maido y quienes trabajamos en este oficio sentimos lo mismo. No estamos solo en el mundo de la cocina, estamos en el mundo de la hospitalidad. Y eso va más allá de cocinar: es atender, cuidar, crear momentos que hagan sentirse bien a los demás. Para mí, la felicidad está ahí: en ver a alguien sonreír después de probar un plato. En saber que lo que hicimos tocó algo en esa persona. Yo soy feliz cuando los demás lo son. Esa es mi verdadera motivación”.

Con tono calmado, por ratos entusiasta, y evidentemente emocionado, el gran Micha tiene algo claro: “Es bueno soñar y si eres perseverante lo cumples”. Y Maido es un sueño de trabajo, de perseverancia. De pasion infinita.

A los 43 años, Micha cree que el aprendizaje es constante. Esto no ha terminado con el premio. Es un inicio.

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SOMOS UNA FAMILIA

Y le gusta hablar en plural.

“Maido no sería lo que es sin su equipo. Somos una familia que lleva años trabajando junta: muchos están desde hace más de una década. Aquí nadie viene solo a ‘trabajar’. Venimos porque amamos lo que hacemos, porque queremos que cada persona que cruce la puerta se vaya con una sonrisa, con un momento inolvidable. Lo que nos mueve cada día es eso: provocar felicidad. Ser parte de esa emoción, de ese instante único en la vida de alguien. Esa es nuestra adicción: hacer feliz a la gente. Y eso, simplemente, es marabilloso”.

El niño que preguntaba y preguntaba, hoy se sigue haciendo interrogantes. Tal vez ahí radique el secreto de su magia: en no dejar nunca de buscar sentido, incluso en lo más cotidiano.

“Si no entendemos por qué estamos en esta industria, ni para qué lo hacemos, todo pierde sentido. No se trata solo de hacer comida rica —que claro, también—, pero hay algo más profundo. Como tú decías: ¿de dónde viene el insumo? ¿Por qué lo tratamos de cierta manera? ¿Por qué lo cortamos así, lo cocinamos así, lo cuidamos tanto? Todo en la vida tiene un porqué. Yo, desde niño, siempre me preguntaba el porqué de las cosas… y aunque a veces dejé de hacerlo, creo que nunca deberíamos dejar de preguntarlo…

Porque cuando entiendes el motivo detrás de algo, todo cobra otro valor. No es porque sí, es porque tiene sentido. La cocina también es lógica, es intuición, es física, es química, es transformación. Y ahí hay responsabilidad. Cuando un agricultor o un pescador te entrega un producto, tú decides: puedes elevarlo al máximo… o puedes arruinarlo. Esa conciencia es parte del aprendizaje y de la ética del oficio”.

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LA GASTRONOMÍA NOS UNE MÁS QUE NUNCA

“Hoy nadie puede negar que la cocina es uno de los mayores motivos de orgullo nacional. Eso ya no se discute. No hay peruano que no se emocione al hablar de su comida. Y si hay algo en lo que estamos de acuerdo como país, es en que amamos nuestra cocina. Punto. Y ahí está la magia: la cocina nos une. Si trasladamos esa fuerza a otros ámbitos, entenderemos que la gastronomía no solo alimenta, también transforma. La cocina puede lograr lo imposible. Y lo está haciendo”, remarca Micha.

El cocinero que llora más por emociones que por tristezas, soltó unas lágrimas cuando el nombre de Maido se escuchó con fuerza. Se quebró. Y allí, a su lado, estaba Mariana, su compañera desde hace 12 años.

Al otro lado del mundo, su mamá no tenía voz. Como cuando se grita un gol peruano, la mamá de Micha no tenía voz. “Lo logramos, lo logramos”, repetía el cocinero.

Lo logramos todos.

 

Este domingo, la entrevista completa a Micha y a las personas que más conocen a este maestro de la cocina, que ha puesto a la gastronomía peruana en lo más alto del mundo.

Gracias, Micha.

Gracias por tanto, y por lo que se viene.

 

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