Ola de Calor en Europa
Varios países europeos están atravesando una intensa ola de calor que ha generado alertas y medidas de emergencia en varias regiones del continente. Un anticiclón de origen africano mantiene el calor atrapado a nivel del suelo, provocando temperaturas elevadas incluso durante las noches.
Situación en Portugal e Italia
Portugal se encuentra en estado de alerta roja en siete distritos, entre ellos Lisboa, donde se esperan máximas de 41 °C. En Beja, al sur del país, los termómetros podrían alcanzar los 44 °C. En Italia, las autoridades han emitido alerta roja en 20 ciudades del norte, como Milán, Bolonia y Venecia, con temperaturas por encima de los 40 °C y una sensación térmica aún más alta debido a la humedad.
Impacto en España y Francia
España también sufre los efectos de esta ola, que se prolongará al menos hasta el jueves. En varias zonas del país, las máximas se sitúan entre los 36 °C y los 43 °C. Mientras tanto, en Francia, la ministra de Transición Ecológica calificó la situación como “sin precedentes”. Se pronostican picos de 41 °C y 84 departamentos se encuentran en alerta naranja.
Reino Unido y Alemania
El Reino Unido, por su parte, podría registrar temperaturas de hasta 34 °C, lo que pondría en riesgo el desarollo del torneo de Wimbledon, cuya organización ha activado una regla especial que permite pausas de 10 minutos cuando se superan los 30,1 °C. Además, se teme que el calor afecte la operatividad de los servicios ferroviarios.
Condiciones en Suiza y otros países
Alemania enfrenta días con temperaturas que alcanzan los 39 °C y noches especialmente cálidas. En Suiza, se han registrado 30 °C y un récord en la altitud de la línea de 0 °C, que ha llegado a los 5.200 metros. Austria, los Balcanes, Bélgica y República Checa también experimentan temperaturas superiores a los 35 °C, con Serbia y Macedonia rondando los 40 °C.
Incendios Forestales en Grecia y Turquía
Grecia, tras días de calor extremo, ha visto una leve disminución en las temperaturas, pero se mantiene la alerta por incendios forestales, al igual que en Turquía, donde los fuertes vientos dificultan los trabajos para controlar focos activos en zonas como Izmir.