La muerte de José Miguel Castro Gutiérrez, en medio de las investigaciones por el caso de Susana Villarán, ha causado sorpresa y un revés para el Ministerio Público. Y es que Castro Gutiérrez habría decidido ser colaborador eficaz y declarar sobre el financiamiento ilícito que habría obtenido la campaña de la exalcaldesa de Lima.
Fiscales acudieron al penal de Barbadillo
para interrogar al exmandatario por los presuntos casos de corrupción en el extinto programa de alimentación escolar.
Sin embargo, el fallecimiento de esta exautoridad, no es lo que más llama la atención. Perú21 ha encontrado extrañas coincidencias entre la muerte de José Miguel Castro y Nilo Burga Malca, el empresario dueño de Frigoinca, involucrado en un caso de corrupción dentro del programa Qali Warma y quien falleció en circunstancias sospechosas en medio de la investigación que se le seguía por los sobornos que se habrían entregado para contratar a su organización en el mencionado programa de alimentación.
Castro Gutiérrez fue encontrado en el baño de su domicilio en Miraflores boca arriba, con dos cuchillos a su costado (uno de pan y uno de cocina), una toalla verde llena de sangre y un corte en el cuello de 14 centímetros. Burga Malca, estaba echado boca abajo en una habitación de hotel, con un corte en la parte trasera y baja de su cuello, dos armas blancas a su lado (cuchillos) y toallas verdes ensangrentadas.
LA MUERTE DE BURGA
Nilo Burga fue hallado muerto el 25 de diciembre de 2024, con una carta de aparente suicidio y heridas mortales de un arma punzocortante. Su cuerpo se desangró hasta fallecer, según se observa en la necropsia. Los abogados del empresario, en un inicio, también indicaron que la muerte de su defendido habría sido un atentado del mismo Burga en contra de su propia vida. Sin embargo, más adelante, la teoría cambió.
El exministro de Justicia Félix Chero, uno de los abogados del empresario, indicó a Perú21 en su momento que el caso ya no se presentaba como un suicidio, sino como un homicidio.
Chero contó a este diario que su patrocinado era un cliente constante del referido hospedaje donde fue hallado. Narró que Burga solía acudir con amigos para disfrutar del sauna y que aquel día su defendido no cargó consigo el celular.
“Los familiares me indican que Nilo Burga no llevó el celular al hotel. Es raro, porque él nunca dejaba el celular. No tengo conocimiento de si antes del suceso él se comunicó con alguien para encontrarse en el lugar”, declaró y añadió: “En todo momento decía que en enero retornaba con sus actividades y que iba a emprender en otro rubro empresarial, estaba muy entusiasmado. Por eso, a todos nos llamó la atención que haya sucedido esto (su muerte)”.
Audio revela que extrabajadora de Frigoinca
fue alertada sobre intento de silenciar a dueño de la empresa.
En abril de este año, el dominical Panorama reveló que el charco de sangre encontrado en el lugar de los hechos, no coincide con la ubicación de la herida de Nilo Burga, tampoco las manchas de sangre. Se encontraron rastros en un sillón del hostal y alrededor del mismo mueble, lo que sugiere que el empresario estuvo en dos ubicaciones distintas, o sea, el cuerpo de Burga habría sido desplazado de un lugar a otro.
LA MUERTE DE CASTRO
Según el reporte policial, Julio Sergio Castro Gómez (81), padre de José Miguel Burga, fue quien halló muerto a su hijo, así lo señala el documento difundido por la periodista Milagros Leiva. De acuerdo con su relato a los agentes, la última vez que vio a su hijo fue la noche anterior, alrededor de las 22:00 horas.
El Ministerio Público ingresó a su vivienda para proceder con el levantamiento de su cadáver.
“Alrededor de las 10:15 de la mañana siguiente, al ingresar al baño, lo encontró tendido en el suelo, sin signos vitales. Personal del SAMU confirmó el fallecimiento y diagnosticó un corte de cuello de aproximadamente 14 centímetros como causa de la muerte”.
La chapa de la puerta del baño presentaba signos de posible manipulacion. Por este motivo, la policía procedió a aislar inmediatamente el área para preservar los indicios. El caso fue comunicado a la fiscal Milagros Tello Pérez, de la 1ra Fiscalía Corporativa de Miraflores–San Borja–Surquillo, quien acudió al lugar para continuar con las diligencias.
La PNP buscó cámaras de seguridad para identificar a aquellos que estuvieron en la zona a la hora del deceso de Castro, pero se dieron con la sorpresa que en su mayoría, las cámaras de vigilancia no funcionaban.
Por otro lado, los vecinos indicaron que años atrás, Susana Villarán vivía por el mismo sector. Describían a José Miguel Castro como un hombre tranquilo que salía por las tardes a pasear a su mascota.
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