Por: Manuel Merino de Lama Trumpismo: una amenaza a la paz global y al comercio exterior

Trump, hace recordar al típico «empresaurio», que está en extinción, que grita, se altera, golpea constantemente su escritorio, a pesar que tiene asesores de toda la índole, él cree saber más que todos juntos! Pero, cuando yerra, los demás son los responsables. Su palabra, es la única que impera en la sede empresarial.

No existe dentro de su lenguaje cotidiano la verdad, la lealtad, el honor, la cooperación, la transparencia, sino la imposición. Elude, la ley, el reglamento y toda forma que establezca orden, transparencia y sana competencia. Desafortunadamente, esta retorcida filosofía empresarial, se quiere transpolar a la política estadounidense y al exterior.

Reiteramos, se trata de emular estas concepciones a la política que tiene principios, valores, reglas e instituciones propias, que conforman entre todos, el orden político interno, como mundial. La no agresión, la solidaridad, el dialogo, la legitima defensa, el ser humano y su dignidad, el tráfico fluido de bienes y servicios, la paz mundial y la no discriminación por ninguna causa.

No entender, las causas de la emigración, tildando a los que lo realizan, como simples y vulgares delincuentes, llegando incluso a desobedecer mandatos judiciales de inhibición de expulsiones masivas, llevando a la intranquilidad pública de su nación, ¡es una necedad!

¡La guerra de los aranceles, es otro disparate! EEUU, se erigió como el garante del libre mercado, y del principio de la oferta y la demanda para la asignación del valor objetivo de los bienes y servicios. Ahora, resulta que la sana rivalidad entre las empresas de su país y las del extranjero, no son equitativas; por lo que trata de intervenir en el mercado, chantajeando a las empresas competidoras foráneas con asumirles un tributo exorbitante en los productos importados.

Asimismo, nunca antes visto, que EEUU intervenga en un conflicto bélico, a favor del Estado invadido, Ucrania y que por su protección y ayuda militar lo expolie del 50% de sus reservas de minerales para seguir defendiéndolo; no solamente ello, que el invadido acepte incondicionalmente del país invasor, Rusia, sus pretensiones de mantener su ocupación y tener soberanía sobre las tierras usurpadas, para que la guerra no se extienda y no tenga que seguir gastando EEUU, es decir, una actuación, a todas luces, mercenaria!

Finalmente, hace unos días, Trump con pompa y de pésimo gusto, oficializó que se había terminado la guerra entre Israel e Irán. Evidentemente, tácitamente, él mismo se colocó, como el artífice de este armisticio, bendiciendo el fin bélico, como «la guerra de los 12 días», finalizando su perorata dando vivas a Israel, Irán, al mundo y a la paz.

La diplomacia, el derecho internacional público, sus reglas, instituciones y organismos han quedado hecho añicos, ¡desacreditado, ineficaz y obsoleto! En casi, seis (6) meses de gestión Trump ha demostrado el gran daño que ha infringido a su propio país, al mundo entero; peor, lo que podría ocurrir el resto de su mandato, tres (3) años y medio. ¡Adelante!

(*) Expresidente del Perú

LEAR  Claves para comprender la dirección de los mercados globales en la segunda mitad de 2025