Por: Antero Flores-Araoz El chavo municipal

Desde hace mucho tiempo y con justificada razón, nos quejamos de absurdos trámites burocráticos, de exigencias ilógicas y que constituyen indebidas barreras burocráticas.

Incluso se dieron facultades al INDECOPI para ante la denuncia del administrado, expulsar de la normativa legal las barreras burocráticas inconvenientes.

Por otro lado, en varias oportunidades se han expedido normas legales, creando comisiones que ubiquen tales barreras burocráticas para que sean dejadas sin efecto y facilitar a los administrados sus trámites en la Administración Pública.

El Presidente del Consejo de Ministros en su presentación al Congreso, solicitando el voto de confianza, también se refirió a dicho tema, esperando le ponga acción a la palabra.

Dentro de ésa línea de simplificación administrativa y de abolición de trámites y requisitos banales y, no pongo calificativos más fuertes para no ser ofensivo, relataré una última experiencia que me libera de otros comentarios, ante la insensatez administrativa municipal que incluso daña la buena imagen de un excelente alcalde distrital de nuestra provincia capital de la República.

Como tengo por costumbre, cada vez que alguna generosa universidad, el Congreso o alguna otra editora, editan libros de mi autoría, los que recibo en compensación los entregó a bibliotecas universitarias, municipales, de clubes sociales, colegios profesionales y otras entidades culturales. La entrega es como obsequio y con la finalidad de que constituya aporte a la correspondiente biblioteca, que como se dice no le costará ni un “mango”. Dicho en cristiano, no le costará ni un sol.

Bueno pues, una de las municipalidades limeñas a las que llegó mi nota de entrega del libro en donación, me contestó: “Tengo el agrado de dirigirme a usted, con la finalidad de saludarlo cordialmente, en nombre de la Municipalidad de ………. y el mío propio.

En atención a la donación del libro “Opinando en tiempos complejos”, hacerle de conocimiento la Directiva N° …… “Procedimiento para aceptar donación de bienes a favor de la Municipalidad de ….., establece una serie de requisitos a efectos de cumplir con la formalidad de recibir su gran aporte cultural a la biblioteca de esta Corporación Municipal, siendo los siguientes:

Sobre el donante

-Documentos que acrediten su identidad y/o representación jurídica, para lo cual será exigible el certificado de vigencia del poder del representante legal con una antigüedad no mayor de 3 meses de expedido en SUNARP, en donde conste que tiene facultades para realizar actos de donación de bienes muebles.

Sobre el bien:

-Las características y valoración del bien.

-Copia del comprobante de pago debidamente cancelado y/o documentación que acredite la propiedad y titularidad del bien materia de donación.

-En caso de no contar con la documentación antes descrita, podrá presentar una declaración jurada indicando que se conduce como propietario y/o ejerce la posesión del bien.

En este sentido le solicitamos las documentales antes descritas, a efectos de proseguir el trámite correspondiente para la aceptación del bien materia de donación.

De igual manera con miras a continuar con las acciones administrativas para la aceptación de donación, le solicitamos ponerse de en contacto con la asesora legal de la Subgerencia de Educación, Cultura, Turismo y Deporte ……., a través del correo electrónico ……………..o número telefónico ……………

Hago propicia la oportunidad ….. Atentamente.

Mi respuesta fue inmediata y lógicamente demostrando mi enfado, en los siguientes términos: “No voy a hacer ninguno de los trámites que señalan, simplemente para reglar un libro de mi autoría a la biblioteca municipal que está al servicio del vecindario. Si es que no quieren el libro devuélvanmelo. Este tipo de trámites y requisitos absurdos es lo que hace que los ciudadanos estemos insatisfechos con la administración pública”.

Parecería incluso que la autoridad municipal desconoce que a tenor del artículo 1623 del Código Civil que “La donación de bienes muebles puede hacerse verbalmente cuando su valor no exceda de treinta veces el sueldo mínimo vital …”

La verdad es que ya todo esto parece tragicómico y que hacen perder la paciencia hasta del buen Job.

Recordando al Chavo: “Si será bruto”.