El expresidente enfrenta severas restricciones, incluyendo prohibiciones de comunicación y arresto domiciliario nocturno
La Corte Suprema de Brasil (STF) ha impuesto nuevas medidas cautelares contra el expresidente Jair Bolsonaro, quien está siendo procesado por su presunto intento de golpe de Estado en 2022 contra Luiz Inácio Lula da Silva.
Entre las disposiciones más destacadas, se encuentra la obligación de usar una tobillera electrónica, que le fue colocada en la sede de la Policía Federal.
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Bolsonaro enfrenta prohibiciones estrictas que le impiden acercarse a embajadas y comunicarse con diplomáticos.
Tampoco puede interactuar con otros investigados, incluido su hijo Eduardo Bolsonaro.
También le han restringido el uso de redes sociales, lo que limita significativamente su capacidad de comunicación pública.
La medida afecta su influencia en el debate. Desde las 19:00 hasta las 7:00 horas, Bolsonaro deberá permanecer en arresto domiciliario.
Él ha calificado esto como una «suprema humilación» y persecución política.
Esta situación ha generado un gran revuelo en el ámbito político y mediático del país. Los ojos del mundo están puestos en Brasil ahora.
Medios locales informan que la Policía Federal realiza allanamientos en la residencia de Bolsonaro en Brasilia.
También los ejecuta en otras propiedades relacionadas con el Partido Liberal.
Durante estos operativos, hallaron 14,000 dólares en efectivo y le incautaron su celular personal. Esto añade más peso a la investigación en curso.
El proceso judicial ha suscitado reacciones internacionales. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha calificado la medida judicial como una “caza de brujas”.
Trump amenazó con imponer aranceles del 50% a las importaciones provenientes de Brasil si la situación no se resuelve.
Esto eleva la tensión diplomática entre ambos países. En un mensaje a la nación, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió la independencia del poder judicial brasileño.
Respetamos el debido proceso en todas las instancias. Sin mencionar a Trump, Lula advirtió que cualquier intento de interferir en el sistema judicial brasileño representa un grave atentado contra la soberanía nacional.
El mandatario también destacó que Brasil siempre ha estado abierto al diálogo. Mencionó más de diez reuniones con el gobierno de Estados Unidos para colaborar.
Lula expresó su frustración por lo que consideró un chantaje inaceptable y amenazas directas a las instituciones brasileñas. La situación es tensa.