Resalta la cooperacion estrategica y el afecto entre dos pueblos
Por: Ricardo Sánchez Serra
El 14 de julio, la residencia de la embajadora de Francia en el Perú, Nathalie Kennedy, se convirtio en el escenario de una de las veladas más notables del calendario diplomático en Lima. Con motivo de la Fiesta Nacional Francesa, autoridades de alto nivel, representantes del cuerpo diplomático, empresarios, artistas, intelectuales, académicos y miembros de la sociedad civil se congregaron para rendir homenaje a los valores que dieron origen a la República Francesa: libertad, igualdad y fraternidad.
La noche también conto con la presencia especial de la senadora francesa Mathilde Ollivier, representante de los franceses establecidos en el extranjero y vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Europeos del Senado. A sus 31 años, Ollivier encarna una nueva generación de liderazgo político francés, comprometida con la juventud, la diversidad y el fortalecimiento de los vínculos con las comunidades francófonas en el mundo. Su participación en la velada reafirmó el interés del Senado francés en mantener una relación cercana y activa con el Perú, y fue recibida con entusiasmo por la comunidad francesa residente en Lima.
La cita no fue solo un acto ceremonial. Fue, ante todo, una manifestación cultural, política y afectiva del vínculo profundo que une a Francia y al Perú. La atmósfera estuvo marcada por una combinación única de solemnidad republicana, entusiasmo institucional y vibrante humanidad. Como toda gran celebración nacional, reflejó historia, identidad, compromiso ético y visión compartida.
HONRAN LA HISTORIA
La anfitriona de la noche, la embajadora Nathalie Kennedy, ofreció un discurso que fue recibido con atención respetuosa y cálido aplauso. En su primer 14 de julio en Lima, Kennedy brindó una intervención profundamente reflexiva, apelando no solo a los fundamentos ideológicos de su país, sino también al afecto genuino que percibe en cada interacción con el pueblo peruano.
“La libertad, la igualdad y la fraternidad son las tres marchas del Padre Supremo”, citó de Víctor Hugo, y añadió: “la libertad es el derecho, la igualdad es el hecho y la fraternidad es el deber”. Desde ese marco conceptual, construyó una visión de las relaciones bilaterales como una alianza ética y humana.
Kennedy celebró las visitas oficiales de alto nivel ocurridas en los últimos meses, destacando el encuentro entre la presidenta Dina Boluarte y el presidente Emmanuel Macron en Niza, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos. También mencionó la presencia en Lima de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Senado francés, la misión empresarial del Movimiento de Empresas de Francia, y la visita del ministro peruano de Educación, Morgan Quero, a instituciones francesas.
Especial énfasis tuvo la referencia a los proyectos de cooperación concretos que vinculan a ambas naciones en campos como educación, salud, investigación, vivienda y sostenibilidad. La embajadora subrayó el rol de instituciones como Campus France, el Instituto de Investigación para el Desarrollo, la Alianza Francesa de Lima —la primera del mundo en número de estudiantes—, y los colegios Franco-Peruano y Saint-Exupéry de Arequipa, como pilares de una comunidad francófona dinámica y comprometida con el Perú.
Además, elogió la labor de la Agencia Francesa de Desarrollo, que desde 2014 ha financiado más de 450 millones de euros en proyectos para mejorar infraestructura urbana, acceso al agua, saneamiento y servicios públicos. «Esta relación excepcional se manifiesta día a día con iniciativas concretas», dijo.
Y con profundo respeto, se dirigió a sus compatriotas residentes en el Perú: “Ustedes son emprendedores, estudiantes, voluntarios, investigadores, enseñantes. Son un verdadero puente entre nuestras dos culturas. A través de su compromiso, sus iniciativas, sus vínculos con el país, hacen brillar a Francia en Perú”.
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La velada fue honrada con la presencia del presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana Iza, quien en nombre del Gobierno del Perú brindó un discurso cargado de solemnidad histórica y visión estratégica. Arana comenzó evocando el 14 de julio como el día en que “el pueblo francés se levantó contra la monarquía absoluta” y sentó las bases para una transformación que no solo cambió Francia, sino que inspiró al mundo entero.
“El Perú fue recipendiario de esos valores. Si escudriñamos la historia, encontraremos que San Martín, Bolívar, Miranda y Antonio Nariño bebieron de la fuente inspiradora de la libertad y la igualdad francesas”, afirmó.
El premier hizo un repaso detallado de la relación bilateral entre Perú y Francia, desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en el siglo XIX hasta el presente, subrayando que la cooperación actual es multidimensional y estratégica. En lo político, cultural, académico y técnico, existe una comunión profunda y estable.
En el plano económico, Arana señaló que Francia es un aliado estratégico fundamental para el desarrollo del Perú. Destacó la ejecución de la Nueva Carretera Central, con inversión superior a 6.400 millones de dólares, la Vía Expresa Santa Rosa, y diversos proyectos de construcción y rehabilitación de hospitales en Iquitos, Cusco, Arequipa y Puno.
También celebró la participación activa de empresas francesas en el plan de transmisión eléctrica, que beneficiará directamente a pobladores de Ancash, Junín y Ucayali, bajo el modelo de asociaciones público-privadas.
Mencionó la inminente firma del acuerdo para evitar la doble tributación, así como el rol de la Cámara de Comercio Peruano-Francesa y la fructífera visita de empresarios franceses en busca de nuevas oportunidades de inversión.
LEGADO INTELECTUAL
En uno de los momentos más emotivos del discurso, el premier evocó el legado cultural de personalidades peruanas ligadas profundamente a Francia: César Vallejo y su esposa Georgette Philippart, Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro, Blanca Varela, y Flora Tristán, cuyo linaje conectaba directamente con la historia virreinal. “Hay una memoria compartida que nos une. Una historia literaria, científica, filosófica, que nos enriquece mutuamente”, expresó.
También recordó a los investigadores franceses Jean Ricon y Henry Favre, por su contribución al estudio de las ciencias sociales en los Andes y la Amazonía, reafirmando la presencia francesa en el corazón académico del Perú.
Al finalizar los discursos, se ofreció lo mejor de la gastronomía francesa: quesos, charcutería, pastelería, champán y vinos, en un ambiente de camaradería y gratitud compartida. La música, los brindis y las sonrisas sellaron una noche que fue más que una celebración nacional: fue un testimonio de respeto mutuo y visión conjunta entre dos naciones soberanas.
La embajadora Kennedy expresó con claridad un mensaje profundo: “Esta fiesta es la de la amistad. La de los lazos privilegiados que unen a Francia con el Perú.” Y como broche de oro, añadió: “Más allá de los acuerdos y de las cifras, son los vínculos humanos, culturales y afectivos los que dan sentido verdadero a nuestra relación bilateral”.
DIPLOMACIA QUE INSPIRA
En un mundo atravesado por tensiones geopolíticas y crisis climática, la diplomacia francesa se reafirma como una fuerza de cultura, ética y diálogo global. Como expresó el presidente Emmanuel Macron: “La amistad entre los pueblos no se decreta, se construye día a día con respeto, cultura y compromiso.”
Y como enseñó el gran canciller francés Charles-Maurice de Talleyrand: “La diplomacia es el arte de hacer posible lo necesario”.
La celebración del 14 de julio en Lima fue una manifestación viva de esa diplomacia: pragmática pero sensible, firme pero afectuosa, histórica pero abierta al futuro.
DEJA HUELLA
Desde su llegada a Lima en octubre de 2024, la embajadora Nathalie Kennedy ha ejercido una diplomacia que une profesionalismo, sensibilidad cultural y visión estratégica. Con experiencia en Londres, Madrid, Dubái y París, su gestión en el Perú ha honrado la tradición diplomática francesa al tiempo que fortaleció los vínculos humanos, institucionales y éticos entre ambos países.
Durante su estadía, Kennedy impulsó proyectos ejemplares en cooperación internacional, como la organización del seminario sobre dolor pediátrico en el INSN; la expansión de la red de Alianzas Francesas y el fortalecimiento de Campus France; la consolidación del programa ECOS Nord Perú–Francia 2025, que une a investigadores de ambos países en temas de biotecnología, medio ambiente y ciencias sociales; y el apoyo activo a iniciativas de desarrollo sostenible en vivienda, medio ambiente y transporte público.
Ha cultivado relaciones cercanas con autoridades peruanas, el Congreso, gobiernos regionales y la sociedad civil, proyectando a Francia como país solidario y comprometido con el desarrollo humano del Perú. “Nuestros dos países mantienen una antigua y privilegiada relación de amistad y respeto mutuo, que todavía hoy es muy estrecha y fructífera”, dijo Kennedy.
Su estilo -firme pero afectuoso, institucional pero humano- ha sido reconocido por sus pares, por la comunidad francesa en el Perú y por las autoridades locales. Kennedy ha sido constructora de puentes, promotora de valores y amiga del Perú. Su paso por Lima queda como un capítulo luminoso en la historia de las relaciones franco-peruanas.
(*) Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”