DF Lab Opinión Las cifras alertan y empujan a redefinir las reglas del juego en el VC

Innovación y Startups

“Apostar por startups chilenas es una decisión estrátegica. Como parte del ecosistema, estamos convencidos de que -si lo hacemos bien- este 2025 podría ser el inicio de una nueva era de inversión más inclusiva, audaz y transformadora”.

Por: Por Federico Iriberry, CEO de Broota

Publicado: Lunes 21 de julio de 2025 a las 09:10 hrs.

Federico Iriberry, CEO de Broota

A propósito del reciente Impact Report de la ACVC, informe publicado en este medio esta semana, y cuya cifra más llamativa es que la inversión de capital de riesgo cayó más de un 50% respecto a 2023; me gustaría plantear la siguiente encrucijada: ¿podemos dejar que el miedo a la incertidumbre nos paralice? ¿O vamos a actuar con visión para reconstruir confianza y avanzar?

Apostar por startups chilenas es una decisión estratégica. Como parte del ecosistema, estamos convencidos de que -si lo hacemos bien- este 2025 podría ser el inicio de una nueva era de inversión más inclusiva, audaz y transformadora.

La buena noticia es que existen las herramientas, como las plataformas de financiamiento colectivo donde cualquier persona puede invertir en una startup. Eso es inclusión financiera real. Y eso es co-construir futuro.

Pero no basta con solamente ampliar el acceso: necesitamos reconectar el emprendimiento con el sistema financiero. Así lo expresó en este medio Juan Pablo Córdoba, CEO de nuam (holding regional que integra las bolsas de valores de Santiago, Lima y Colombia), en su columna “La urgencia de reconectar a los innovadores con nuestras bolsas locales”. En el texto, indicó que Chile necesita una vía pública viable para las startups. Un mercado secundario simplificado, con reglas claras, menos fricción y más apoyo institucional… porque si no abrimos rutas que permitan la desinversión futura, el capital difícilmente entrará.

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Nuestro país requiere de una revisión profunda de las políticas públicas, además de generar mayor incentivos a ejecutivos de empresas tradicionales para que conozcan este mundo y no solo desde la arista “inversionista”, sino que también como vehículos que permitan abrir nuevas vetas a sus negocios.

Necesitamos incentivos tributarios para inversionistas ángeles, cambios regulatorios que habiliten a los fondos de pensiones a participar en capital de riesgo y, por supuesto, una visión de Estado que entienda que, sin innovación, no hay crecimiento sostenible.

Desde Broota creemos que hay una “oportunidad” para redefinir el juego. Si somos capaces de tomar el toro por las astas, el futuro del capital de riesgo será más abierto, diverso y conectado con las personas. Necesitamos capital “aventurero” para salir adelante.

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