La demanda de Donald Trump contra Rupert Murdoch rompe el vínculo que ha dado forma a la derecha estadounidense

Parecía ir bien la relación entre el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch y Donald Trump, que ha marcado el conservadurismo estadounidense durante más de una década.

Pero la semana pasada, el Presidente de Estados Unidos volvió a llamar al multimillonario, esta vez para pedirle que no publicara una vergonzosa carta supuestamente escrita por Trump en el álbum de recortes del 50.º cumpleaños de Jeffrey Epstein, el pedófilo que más tarde se suicidaría en la cárcel.

Según se informa, la carta mecanografiada incluía un dibujo hecho con un “rotulador grueso” de una mujer desnuda en el que destacaba la firma de Trump, con un mensaje en el que deseaba que “cada día fuera otro maravilloso secreto”.

Las peticiones de Trump a Murdoch resultaron infructuosas. El Wall Street Journal, uno de los periódicos de su propiedad, publicó la noticia el jueves por la noche. Poco después, Trump arremetió contra Murdoch en las redes sociales, amenazando con “demandar a él y a su periódico de tercera categoría”.

Al día siguiente cumplió su amenaza y presentó una demanda contra Murdoch y las empresas matrices del Wall Street Journal.

Esta espectacular ruptura indica que Murdoch, de 94 años, está sopesando si Trump está perdiendo su control sobre el movimiento MAGA a causa de la saga Epstein, según personas cercanas al multimillonario de los medios de comunicación.

“Está poniendo a prueba: ¿está Trump perdiendo la base por esto? ¿Y donde tengo que estar para seguir en el corazón de la base?”, dijo un antiguo colaborador cercano a Murdoch. “Porque Rupert cree que va a vivir para siempre. Rupert quiere vivir más que su madre, que vivió hasta los 102 o 103 años. Siente que aún le queda tiempo y que Trump vendrá y se irá”.

Trump sigue siendo extraordinariamente popular entre los votantes republicanos, con un 88% del electorado del Partido Republicano aprobando su labor como presidente, según una reciente encuesta de la CNN. Sin embargo, durante la última semana ha tenido dificultades para contener las críticas de algunas de las figuras más importantes del movimiento MAGA por la gestión de su administración del caso Epstein.

Los antiguos presentadores de Fox News Tucker Carlson y Megyn Kelly, junto con los influyentes miembros del MAGA Charlie Kirk y Laura Loomer, han sido algunas de las voces más críticas que han pedido a Trump que revele más información o que despida a su fiscal general, Pam Bondi, por su gestión de los documentos relacionados con Epstein.

Sin embargo, Kelly, Kirk y Loomer se encontraban entre los partidarios de Trump que se apresuraron a rechazar la noticia del WSJ el jueves. Kelly la calificó como “el intento de artículo difamatorio más estúpido” que había “leído jamás”.

El viernes, Trump demandó a Murdoch, Dow Jones y News Corp, en el último ejemplo del intento del presidente de intimidar a la prensa con demandas judiciales. Las cadenas CBS y ABC pagaron cada una US$ 16 millones para resolver las demandas con Trump, un éxito al que aludió en sus amenazas contra Murdoch y el WSJ.

“Estoy deseando que Rupert Murdoch testifique en mi demanda contra él y su periódico, que es un montón de basura, el WSJ”, publicó Trump el viernes. “¡Será una experiencia interesante!”.

Un portavoz de Dow Jones dijo en un comunicado: “Tenemos plena confianza en el rigor y la precisión de nuestros reportajes, y nos defenderemos enérgicamente contra cualquier demanda”.

La diatriba y la demanda de Trump se produjeron tras varios días de presión para que se retirara la noticia del Wall Street Journal. Según Trump y personas familiarizadas con el asunto, él y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, realizaron múltiples llamadas telefónicas a la editora del Wall Street Journal, Emma Tucker, así como a Murdoch y al director ejecutivo de News Corp, Robert Thomson.

Trump afirmó en una publicación en Truth Social que Murdoch dijo que “se encargaría de ello”. Pero el presidente añadió que Murdoch “obviamente, no tenía el poder para hacerlo”.

El WSJ entrevistó a Trump el martes por la noche, dos días antes de que se publicara la noticia, y él negó haber escrito la carta o dibujado la imagen. También dijo que demandaría al periódico, una amenaza que repitió en una publicación el jueves por la noche después de la publicación, alegando que la noticia era “falsa, maliciosa y difamatoria”.

El vicepresidente JD Vance se apresuró a defender a su jefe en una publicación en X el jueves por la noche: “Esta noticia es una completa y absoluta tontería. El WSJ debería avergonzarse de haberla publicado. ¿Dónde está esa carta? ¿Te sorprendería saber que nunca nos la mostraron antes de publicarla?”.

Los empleados actuales y antiguos de Murdoch dicen que es conocido por defender a sus periodistas.

“A pesar de todas las atrocidades que Rupert Murdoch ha cometido en los últimos 60 años… es un auténtico hombre de prensa”, afirmó Gabriel Kahn, antiguo corresponsal del Wall Street Journal que imparte clases de periodismo en la Universidad del Sur de California.

Kahn, antiguo jefe de la oficina del Journal en Los Ángeles, citó múltiples casos en los que los jefes de los estudios de Hollywood llamaron a Murdoch para intentar silenciar algunas noticias. “Murdoch les dijo: ‘Lo siento, ya se ha publicado’”.

“Le encanta estar en el centro de todo. Le encantan las noticias y le encantan las primicias. No es de los que silencian una noticia”.

¿Amistad?

La publicación del informe del WSJ supone un nuevo golpe para la relación entre Murdoch y Trump, una alianza que ha sido muy beneficiosa para ambos, pero que en ocasiones ha parecido tortuosa.

A lo largo de los años, el apoyo de Murdoch al antiguo protagonista de reality shows ha tenido altibajos. Según personas cercanas a él, nunca ha sido personalmente admirador de Trump. Tardó en apoyar a Trump para la presidencia en 2016 e intentó reunir al partido en torno a otros candidatos en 2024.

Tras los disturbios del 6 de enero de 2020 en Washington, Murdoch dijo a un ejecutivo de Fox News que “queremos convertir a Trump en un don nadie”, según correos electrónicos publicados como parte de una demanda por su papel en la difusión de afirmaciones falsas sobre fraude electoral.

El antiguo colaborador de Murdoch dijo que éste utiliza sus diferentes medios de comunicación estadounidenses -The Wall Street Journal, Fox News y The New York Post- para tener “tres formas de presentar una noticia” a sus diferentes audiencias. “Es su modus operandi, atiende a sus diferentes electorados”.

La página editorial del Wall Street Journal, durante décadas una voz atronadora del conservadurismo, ha criticado duramente a Trump durante su segundo mandato por cuestiones como los aranceles, las vacunas y la inmigración.

Esas críticas han molestado claramente al presidente, que lo ha tildado de “el Wall Street Journal globalista y siempre equivocado”. En abril, Trump dijo que Murdoch “debería empezar a hacer cambios en el China Loving Wall Street Journal. ¡Es horrible!”.

No obstante, el segundo mandato de Trump ha sido un buen negocio para el Journal. En el trimestre que finalizó en marzo, el periódico alcanzó más de 4,3 millones de suscripciones, un 3% más que el año anterior, con un aumento del 5% en las suscripciones digitales.

Fox, por su parte, ha visto cómo su audiencia aumentaba tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, superando fácilmente a las cadenas rivales y convirtiéndose algunas noches en el canal más visto de toda la televisión estadounidense. “Trump es muy importante para Fox News, y Fox News es muy importante para Murdoch”, afirmó la analista de medios Claire Enders. “Se ve a sí mismo como el guardián del conservadurismo estadounidense”.

Trump utilizó el New York Post para promocionarse como un magnate inmobiliario en ciernes en los años ‘70 y ‘80, filtrando en ocasiones historias sobre sí mismo a la columna de farándula Page Six. Pero el periódico pareció volverse en su contra en 2022, tras el anuncio de Trump de que se presentaba de nuevo a la presidencia. El titular del periódico era “Been there, Don that” (Ya hemos pasado por eso, Don) y la noticia quedó relegada a la página 26.

“(Murdoch) ha tenido sus altibajos con Trump desde el principio. Sé con certeza que nunca le ha gustado. Piensa que es un grosero. Pero no quiere quedarse flanqueado y perder la base (conservadora estadounidense)”, dijo un antiguo colaborador.

La extraña tensión de su relación quedó patente en febrero, cuando Murdoch apareció en la Casa Blanca junto a un grupo de periodistas para ver a Trump firmar una orden ejecutiva. Con Murdoch sentado a pocos metros, Trump lo calificó de “tipo increíble”. Pero también dijo a los periodistas que “tendría que hablar con él” sobre las críticas del Journal, que acababa de publicar un editorial en el que tachaba sus aranceles de “la guerra comercial más estúpida de la historia”.

En la redacción del Wall Street Journal, tras la publicación de la noticia sobre Epstein, cundió el entusiasmo por tener “una noticia bomba”. “La noticia se disparó y conseguimos nuevos suscriptores gracias a ella”, dijo un empleado. “Todo el mundo parece contento”.

Había la sensación de que el Journal, a diferencia de ABC y CBS, no estaría dispuesto a pagar a Trump ni a su biblioteca presidencial para resolver la demanda.

“No lo veo posible”, dijo el antiguo asesor de Murdoch. “No creo que le paguen. Podría verles despidiendo a algunas personas o contratando a otras nuevas”.

“¿Qué influencia tiene (Trump) sobre News Corp en este momento?”, dijo Kahn, de la USC. “Cuando se le amenaza con este tipo de cosas, creo que (Murdoch) sorprendentemente tiene carácter”.

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