Las Pastillas Anticonceptivas por Ernesto Bancalari

En 1960, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) aprobó la primera píldora anticonceptiva, llamada Enovid, que contenía una combinación de estrógeno y progesterona. Hoy en día, existen muchas opciones de tratamiento anticonceptivo disponibles, con diferentes formulaciones, presentaciones y dosis de hormonas. En cuanto a pastillas, básicamente tenemos dos grupos: las que solo contienen progesterona y las que tienen una combinación de progesterona y estrógenos.

Siendo las dos efectivas, ¿en qué se diferencian? Las pastillas con progesterona pueden causar un pequeño sangrado intermenstrual que es muy molesto. Las pastillas que tienen combinación de hormonas, al agregársele estrógenos, disminuyen de forma importante esta molestia. Pero, el problema es que los estrógenos, al ser metabolizados por el hígado, activan el sistema hemostático. Traducido al español, aumenta la coagulabilidad de la sangra.

Este aumento de la coagulabilidad sanguínea facilita la producción de coágulos en las venas de las piernas incrementando la probabilidad de presentar eventos trombóticos en esa zona. Pero en el caso de las pacientes que viven con migraña, este aumento de la coagulabilidad de la sangre puede traer otros problemas.

Como conversamos en columnas previas, las migrañas pueden ser sin aura o con aura. Hoy sabemos que una paciente que tiene migraña con aura y usa anticonceptivos combinados, tiene siete veces más chances de presentar isquemias cerebrales o cardiacas que aquellas que no tienen migraña y usan anticonceptivos combinados. Si además de usar anticonceptivos combinados estas pacientes fuman tabaco, el riego se incrementa 15 veces. El causante de todos estos problemas es el estrógeno que contienen estas presentaciones.

Entonces, vemos que las pastillas anticonceptivas combinadas no solo pueden aumentar la frecuencia de las migrañas en las pacientes, sino que existe un riesgo de presentar enfermedad isquémica cerebral.

¿Qué hacer entonces? Pues lo ideal es no usarlas y cambiar a métodos de barrera. Pero siendo poco práctico esto último, habría que pensar en usar pastillas con progesterona como único componente. Si el sangrado intermenstrual se presenta y es un problema con estas pastillas, entonces lo mejor es usar un anticonceptivo combinado con la menor cantidad de estrógeno, digamos 30 µg. Converse con su ginecólogo.

La píldora sigue siendo un método anticonceptivo popular y efectivo, pero es bueno saber que no está exento de problemas, especialmente en las pacientes con migraña.

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