La gran final se acerca
El contador sigue avanzando hacia uno de los partidos más esperados del fútbol mundial. El Inter de Milán y el Paris Saint-Germain se enfrentarán en la final de la Champions League 2025 este sábado 31 de mayo en Múnich. Con mucho en juego y legados en disputa, el Inter planea una jugada audaz y sin precedentes que tiene a todos hablando antes del pitazo inicial.
Un escenario de leyenda
El Allianz Arena, un estadio lleno de historia en el fútbol europeo, será testigo de este duelo. El PSG, con su equipo lleno de estrellas y recién campeón de su liga local, chocará con un Inter hambriento por volver a lo más alto. Aunque el foco está en la batalla táctica entre Luis Enrique y Simone Inzaghi, algo inesperado ocurre fuera del campo: un cambio de tradición que podría quedar en la historia de la Champions.
Adiós al azul y negro
Por primera vez en su historia, el Inter no usará su clásica camiseta a rayas negras y azules en una final europea. En una decisión sorprendente, el equipo italiano elegirá su tercera equipación, un vibrante amarillo dorado con detalles negros.
Según ESPN: "El Inter vestirá su tercera camiseta, la amarilla dorada, en la final de Champions". La razón es práctica: el PSG, como equipo local, usará su uniforme azul marino con franjas rojas y blancas, lo cual generaba un conflicto de colores.
Normalmente, en estos casos, los equipos eligen su segunda equipación. Pero el Inter, combinando superstición, estrategia y estilo, rechazó su camiseta blanca y azul, la misma que llevaban en su única derrota en Champions esta temporada (3-2 vs. Bayer Leverkusen).
¿Un amarillo de la suerte?
Inzaghi y su equipo apuestan por una camiseta que les ha traído buena fortuna. La amarilla solo se usó dos veces en Europa esta temporada, y en ambas el Inter ganó: 1-0 vs. Sparta Praga y 2-0 vs. Feyenoord.
"Puede haber superstición—dice el informe—, ya que el Inter ganó sus dos partidos en Champions con esta camiseta."
Al elegirla, el gigante italiano no solo hace un gesto simbólico, sino que busca atraer esa energía ganadora. Aunque los hinchas extrañarán las rayas clásicas, el brillo del dorado podría convertirse en su nueva esperanza.