Lionel Messi y Cristiano Ronaldo forjaron una de las rivalidades más grandes en la historia del fútbol, si no la más grande. Durante más de una década, las dos leyendas lucharon en el más alto nivel, empujándose mutuamente a nuevas alturas y dominando el Ballon d’Or como nadie más. Ahora, mientras se acercan al ocaso de sus carreras legendarias, Messi ha reflexionado sobre su viaje compartido con admiración y respeto.
Actualmente jugando para Inter Miami y Al Nassr, respectivamente, Messi y Ronaldo ya no están en el centro del fútbol europeo. Sin embargo, el fuego competitivo y el respeto mutuo siguen presentes. En una entrevista con la cuenta del Ballon d’Or de L’Équipe, Messi reflexionó sobre la era icónica que los dos jugadores dominaron.
“Siempre fue una ‘batalla’, entre comillas. En el lado deportivo, fue realmente hermoso. Nos empujamos mutuamente porque ambos somos extremadamente competitivos. Siempre quería ganar en todo, de todas las maneras”, declaró Messi sobre Ronaldo. El argentino reconoció que su rivalidad ayudó a sacar lo mejor de cada uno, agregando:
“Fue un gran momento para nosotros y para las personas que aman el fútbol en general. Creo que lo que logramos durante un período tan largo merece mucho crédito”, añadió. “Como dice el refrán, es fácil llegar, pero lo difícil es mantenerse. Estuvimos en la cima durante 10, 15 años. Fue increíble y un gran recuerdo para todos los que disfrutan del fútbol”, concluyó Messi.
Messi y Ronaldo: la dominación del Ballon d’Or definió una era
La rivalidad Messi-Ronaldo no se trataba solo de goles y trofeos, también se reflejaba en el Ballon d’Or, el prestigioso premio otorgado anualmente al mejor jugador del mundo.
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Messi lidera la lista de todos los tiempos con 8 victorias en el Ballon d’Or, mientras que Ronaldo le sigue con 5. Entre 2008 y 2023, los dos superestrellas ganaron el premio un total de 13 veces, con solo Luka Modric (2018) y Karim Benzema (2022) rompiendo su dominio en el honor.
Aunque Messi actualmente tiene la ventaja en los principales premios, prefiere centrarse en el legado que construyeron juntos: una era dorada en la que el deporte fue definido por dos jugadores que se negaban a dejar de elevar el listón.