Chelsea y Paris Saint-Germain se encontraron en el Estadio MetLife en East Rutherford, Nueva Jersey, en un choque de alta presión para reclamar el primer título de la reformada FIFA Club World Cup 2025. No pasó mucho tiempo antes de que los Blues dejaran su marca, con Cole Palmer anotando dos veces en solo ocho minutos para darle a Chelsea una ventaja contundente.
El primer gol llegó en el minuto 22 después de un balón largo del portero Robert Sánchez. PSG’s Nuno Mendes malinterpretó la jugada, cabeceando accidentalmente el balón hacia el espacio para Malo Gusto.
El lateral derecho de Chelsea avanzó, vio su primer tiro bloqueado dentro del área, pero después de capturar el rebote, Gusto encontró a Palmer en el borde del área. El joven inglés no perdió tiempo, colocando tranquilamente el balón más allá del portero para darle a Chelsea una ventaja de 1–0.
Pero Palmer no había terminado aún. Apenas minutos después del descanso, Chelsea recuperó la posesión cerca del medio campo. El defensor Levi Colwill, asumiendo un rol de mediocampo, lanzó un balón largo preciso hacia el espacio para que Palmer lo persiguiera. El delantero inglés cortó hacia adentro con facilidad, dejando a Vitinha y Lucas Beraldo en el suelo, y colocó el balón en el mismo rincón inferior para su segundo de la noche en el minuto 30.
PSG había disfrutado de una racha impecable a lo largo de la FIFA Club World Cup, siendo Botafogo el único equipo que les anotó—y les dio su única derrota. Sus otros cinco oponentes no lograron encontrar la red. Pero ahora, en solo la primera mitad de la final, el equipo francés ya ha concedido tres goles—un escenario desastrozo para Luis Enrique y compañía.
Un desafío único para Luis Enrique en la segunda mitad
Conceder tres goles antes del medio tiempo es un gran golpe para Luis Enrique, cuyo equipo entró en la final considerado como el mejor del mundo. El técnico español ahora enfrenta un desafío como ningún otro que haya superado en su carrera de entrenador—nunca ha revertido un déficit de tres goles en el medio tiempo.
Aún así, hay un precedente histórico que da esperanza a los aficionados del PSG: La Remontada. En 2017, el Barcelona de Luis Enrique logró una de las mayores remontadas en la historia del fútbol, derrotando al PSG 6–1 en la Liga de Campeones después de anotar cuatro veces en la segunda mitad. Ahora, necesitará inspirar algo igual de extraordinario para cambiar la marea en Nueva Jersey.