Munich es la sede de un emocionante partido de semifinales de la UEFA Nations League el martes por la noche, mientras Alemania recibe a Portugal en el Allianz Arena. Con un lugar en la final del domingo en juego—donde España o Francia esperan—el encuentro presenta a dos de las naciones de fútbol más decoradas de Europa, ambas luchando por la supremacía continental.
Alemania entró en el partido con el objetivo de llegar a su primera final de la Nations League, mientras que Portugal, campeón de la primera edición del torneo en 2019, buscaba un regreso a la cima. Pero más allá de las apuestas y los trofeos, este partido tenía todos los ingredientes de un clásico: historia, estrellas, forma y trueno—tanto literal como metafórico.
Lo que comenzó con advertencias de tormenta en torno a Munich pronto dio paso a un drama en el campo. Con la UEFA monitoreando cuidadosamente las condiciones climáticas adversas, incluyendo riesgos de rayos, granizo y vientos fuertes, muchos se preguntaban si el partido se llevaría a cabo. Sin embargo, los dioses del fútbol tenían otros planes.
Alemania golpea primero, pero Ronaldo responde
Los anfitriones comenzaron con fuerza. Alemania encontró la red primero, encendiendo una locura entre los aficionados locales. Con la confianza alta y el impulso a su favor, parecía que los hombres de Julian Nagelsmann podrían tomar el control desde el principio. Pero Portugal tenía otras ideas.
Bruno Fernandes tomó el mando en el medio campo, ganando un tiro libre peligroso a 35 yardas. Cristiano Ronaldo dio un paso al frente, la multitud se quedó en silencio—pero su tiro característico se estrelló contra la barrera. Se sintió como un momento perdido. Pero luego llegó Francisco Conceicao. Desde el flanco derecho, el suplente recibió el balón, se metió hacia adentro y curvó un tiro sublime que pasó a Marc-Andre ter Stegen y se fue al rincón lejano. 1-1. El juego continúa.
Solo unos minutos después, Portugal volvió a marcar—esta vez con su icónico jugador en el centro de todo. Fernandes jugó para Nuno Mendes, quien avanzó rápidamente y le pasó el balón a Ronaldo para un gol fácil. Un momento de simplicidad quirúrgica.
El VAR retrasó brevemente las celebraciones, pero Ronaldo estaba en posición. El gol se mantuvo. Portugal lideraba 2-1 y Alemania parecía aturdida. Fue un golpe no solo para el marcador, sino para su compostura.
137 y contando: la llama eterna de Ronaldo
Con ese gol, Ronaldo anotó su 137° gol internacional, reafirmando su estatus como el máximo goleador de todos los tiempos en el fútbol internacional masculino. El remate fue simple, pero la construcción—marcada por la compostura, visión y el momento perfecto—reflejó la química dentro de las filas de Portugal.
Desarrollo de la historia…