Si no estás familiarizado con el formato del backyard ultra, el concepto es simple: los corredores completan vueltas de un recorrido de cuatro millas dentro de un límite de tiempo de una hora, cada hora, hasta que solo queda un corredor. Pero un dúo en Nueva York le dio a este formato un giro creativo y con dinero: los corredores tenían que dejar un dólar en un tarro por cada vuelta que corrían, y el último corredor se llevaba todo el dinero.
Apodado el $1 Backyard Ultra, el evento fue fundado por dos corredores de NYC, Victor Zeitoune y Austin Lo. La idea, dicen, nació como todas las grandes ideas, garabateada en una servilleta, mientras comían hamburguesas. “Debajo de eso, al menos para mí, había un deseo de compartir un deporte que cambió mi vida,” Lo compartió en Instagram.
La carrera tuvo lugar en Lower Manhattan, con la vuelta extendiéndose desde el West Side Highway en el West Village hasta la terminal del ferry de Staten Island en Battery Park y de vuelta. En el típico formato de backyard ultra, los corredores del ultra de $1 tenían una hora para completar cada vuelta de 6.44 kilómetros. ¿Terminaste dentro de la hora? Pones otro dólar en el tarro y vuelves a empezar.
Para mantener las cosas divertidas, los corredores ganaron premios curiosos en el camino: una camiseta después de dos vueltas, una silla de camping después de cuatro.
El eventual ganador, Kieran Calderwood de Manhattan, completó 25 vueltas en 25 horas, acumulando más de 102 millas (164.8 km) y alejándose cojeando con un tarro lleno de $395 en billetes arrugados. El récord mundial para el formato de backyard ultra se estableció hace un mes en el evento Dead Cow Gully en Australia por Phil Gore, quien completó 119 vueltas (798 kilómetros).
Si Calderwood gastó sus ganancias en una cena en NYC o mantuvo el tarro como un trofeo, no lo sabemos, pero los derechos de presumir no tienen precio.
Una cosa es segura: este formato ultra-urbano y ultra-creativo tiene potencial. Y estamos aquí para ello.
