La paternidad transforma hogares y deja una huella profunda en la manera de liderar organizaciones. En el Perú, diversos ejecutivos coinciden en que sus hijos se han convertido en maestros inesperados de liderazgo, enseñándoles lecciones clave sobre empatía, paciencia, comunicación y proposito.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en 2024, de los 17.3 millones de trabajadores formales, el 55.6% son hombres, lo que representa cerca de 9.6 millones de personas. Esta cifra refleja no solo el peso de los padres en la fuerza laboral formal, sino también los desafios que enfrentan para equilibrar las exigencias del trabajo con la vida familiar. Un equilibrio que, en muchos casos, define su estilo de liderazgo y la manera en que se vinculan con sus equipos.
En el marco del Día del Padre, Perú21 conversó con siete líderes empresariales para conocer cómo la experiencia de ser papá ha influido en su forma de tomar decisiones complejas, guiar equipos y construir culturas corporativas más humanas y cercanas. Sus reflexiones invitan a repensar el liderazgo desde una dimensión más personal y a valorar la integración de la familia como parte esencial del mundo profesional.
Manuel Wu, Vicepresidente de Unna Infraestructura: “Mis hijas me recuerdan que no todo sigue una secuencia lógica, a veces una idea disruptiva o ingenua puede llevarte a resolver un problema”
La paternidad me hizo desarrollar una gestión más anticipativa y emocionalmente inteligente. En proyectos de infraestructura, donde manejamos tiempos largos y múltiples actores, aprendí que una visión clara debe combinarse con la capacidad de acompaniar procesos humanos. Ser padre me dio esa perspectiva más completa, paciente y de más largo plazo.
A mis hijos les inculco disciplina, compromiso y capacidad de adaptarse al cambio. Les hablo mucho del valor de la constancia en un mundo que premia lo inmediato. También la noción de impacto: que sus decisiones construyan, no solo para ellos, sino para otros. En eso el paralelismo con la infraestructura es total: construir bien, para muchos, y pensando en el bien común.
Creo que vamos hacia una generación de ejecutivos que ejercerá la paternidad como un activo de liderazgo: más conscientes, más presentes y, sobre todo, más humanos en sus decisiones. Teniendo presente la sostenibilidad de todo (empresas, sociedad y las personas).
Miguel Maal, gerente general de Promigas Perú: “Ser padre me ha enseñado a liderar con empatía, propósito y una visión que trasciende lo profesional”
Miguel Maal, gerente general de Promigas Perú, comparte que la paternidad ha sido una escuela que potenció habilidades clave como la empatía, la paciencia, la escucha activa y la capacidad de priorizar. “Ser padre me ha enseñado a enfocar mi energía en lo que realmente importa, tanto en casa como en el trabajo”, señala. Esa visión más humana y equilibrada le ha permitido fortalecer su liderazgo desde una conexión más profunda con las personas, guiando con el ejemplo, valorando las pequeñas acciones y reconociendo que todos los días se aprende algo nuevo.
En su experiencia, la clave para equilibrar su rol como líder y padre está en el manejo riguroso del tiempo y en la presencia genuina. “No se trata de ser perfecto, sino de estar ahí con compromiso y amor”, afirma. Para Maal, ser padre no ha sido un obstáculo en su carrera, sino un impulso transformador que lo ha ayudado a liderar con propósito, desarrollar una mirada más integral y recordar que detrás de cada meta profesional hay valores que trascienden.
Javier Gamboa, gerente de Inversiones de RIMAC: “Ser padre me ha enseñado que un liderazgo auténtico nace de la empatía, el equilibrio y la conexión real con las personas”
Para Javier Gamboa, gerente de inversiones de RIMAC, la paternidad ha sido una escuela de liderazgo emocional. Ser padre le ha permitido desarrollar una mayor empatía, comunicación y paciencia, cualidades que hoy aplica directamente en la gestión de equipos. Al estar más conectado con las emociones y necesidades de sus hijos, ha aprendido a liderar de manera más humana, escuchando activamente y generando vínculos de confianza dentro y fuera del entorno laboral.
Además, destaca que muchas de las habilidades necesarias para guiar a una familia —como la previsión, la escucha atenta y el trabajo en equipo— son las mismas que fortalecen un liderazgo corporativo sólido.
Gamboa también resalta que encontrar el equilibrio entre las responsabilidades ejecutivas y la paternidad no es una fórmula rígida, sino un ejercicio constante de conciencia y flexibilidad. Para lograrlo, ha aprendido a coordinarse estrechamente con su esposa, estableciendo rutinas familiares no negociables, como los desayunos juntos o los fines de semana en familia. Recomienda a otros líderes que abracen esta etapa con apertura, pues ser padre redefine las prioridades y el propósito con el que se trabaja. Un entorno familiar en equilibrio, señala, es el motor que impulsa una carrera profesional más plena y significativa.
Diego Balarezo, gerente comercial de Hayduk: “Ser padre me ha enseñado que el verdadero liderazgo nace de la disciplina, la empatía y el ejemplo diario”
Diego Balarezo considera que la paternidad le ha brindado herramientas clave para su desarrollo como líder: la capacidad de priorizar, gestionar mejor el tiempo, escuchar con atención y liderar desde el ejemplo. Además, recalca que los valores que busca inculcar en sus hijos —como la honestidad, la responsabilidad y la perseverancia— son también fundamentales para construir confianza y generar resultados sostenibles en el mundo empresarial.
Desde su experiencia, sus hijos también han sido fuente de aprendizaje: le han recordado el valor de la curiosidad como motor de innovación. Balarezo cree que el liderazgo empresarial actual exige una integración más humana e integral, donde el rol del padre no se oculta, sino que se abraza como parte de la identidad del líder. A sus hijos les aconsejaría no depender de la motivación, sino cultivar la disciplina y el compromiso como bases sólidas para afrontar los desafios de la vida y el trabajo.
Mario Collado, gerente comercial de Gallagher: “Ser padre me enseñó que liderar es saber acompaniar, adaptarse y potenciar lo mejor de cada persona”
Para Mario Collado, CCO de Gallagher Perú, la paternidad ha sido una fuente constante de aprendizaje sobre liderazgo individualizado y adaptativo. Ser padre de dos hijos con personalidades distintas lo ha llevado a desarrollar una mirada más sensible hacia el potencial único de cada persona. Esta visión la aplica en su rol ejecutivo como una especie de “director de orquesta”, creando espacios donde cada colaborador pueda crecer, contribuir y aprender del otro. Además, resalta que, tanto en casa como en el trabajo, es clave fomentar ambientes colaborativos, con propósito y bien estructurados para que el talento realmente florezca.
Collado también reconoce que la clave para equilibrar el liderazgo profesional y familiar está en dos cosas: saber priorizar y apoyarse en un equipo sólido. Aprendió a delegar con confianza y a estar presente en los momentos que realmente importan, entendiendo que tanto su familia como su equipo necesitan de su acompañamiento cercano. Destaca, además, que ser padre lo ha vuelto más empático, resiliente y enfocado en el desarrollo de los demás, lo cual —según su experiencia— potencia no solo los resultados, sino también la satisfacción y el sentido de propósito de quienes lo rodean.
Alfonso Moncloa, vicepresidente de Banca Personas de Banco Pichincha: “Ser papá me enseñó que liderar también es detenerse, escuchar y actuar con propósito”
Para Alfonso Moncloa, vicepresidente de Banca Personas de Banco Pichincha, ser padre ha transformado su forma de tomar decisiones. “En banca, donde todo parece urgente, mi rol como papá me ha recordado que algunas decisiones necesitan pausa y empatía para ser verdaderamente acertadas”, afirma. La experiencia de la paternidad le ha enseñado a escuchar con más atención, a tener paciencia en los momentos complejos y a priorizar lo que realmente importa, cualidades clave para liderar con equilibrio. Además, cree que los valores que se enseñan en casa —como la honestidad, la gratitud y la integridad— son los mismos que construyen confianza en los negocios.
Una de las lecciones más valiosas que ha recibido de sus hijos es la capacidad de sorprenderse y no dar nada por sentado. “Me han enseñado a seguir preguntando ‘¿por qué no?’”, comenta. Moncloa también destaca que ser padre hoy ya no significa ser un proveedor distante, sino un líder presente, capaz de mostrarse vulnerable. Aconseja a sus hijos trabajar con propósito y aprender del error, convencido de que la paternidad no compite con la vida profesional, sino que la potencia: enriquece la mirada, humaniza el liderazgo y reafirma lo verdaderamente esencial.
Hernán Campos, CFO de Tata Consultancy Services Perú: “Ser padre me enseñó que el liderazgo se fortalece cuando hay empatía, visión global y equilibrio con lo que más importa: la familia”
Para Hernán Campos, CFO de Tata Consultancy Services Perú, la experiencia de ser padre ha potenciado su liderazgo desde una mirada más planificada, empática y consciente del valor del tiempo. En casa y en el trabajo, busca transmitir el mensaje de que los logros no son producto del azar, sino del esfuerzo constante y de actuar con honestidad, ética y responsabilidad. Estos valores, que cultiva con sus hijos, también considera esenciales para construir equipos sólidos y profesionales íntegros.
Campos reconoce que sus hijos le han enseñado a mantener una mentalidad abierta y adaptable, clave en un entorno empresarial que cambia rápidamente. Esta actitud, combinada con la búsqueda de equilibrio entre la vida personal y profesional, le ha permitido liderar con mayor humanidad. Para él, el futuro del liderazgo empresarial está estrechamente ligado a la tecnología, la flexibilidad laboral y una visión global que abrace el cambio con propósito, tanto en la familia como en la oficina.
Todos estos líderes coinciden en que ser padre ha agudizado su capacidad de escucha, ayudándoles a comprender mejor a sus colaboradores y a tomar decisiones más conscientes. Además, les ha enseñado a priorizar lo importante, a equilibrar mejor su vida personal y profesional, y a liderar con el ejemplo, sabiendo que sus hijos —y sus equipos— aprenden más de lo que observan que de lo que se les dice.
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