Tomás Sánchez
Chile se enfrenta a un desafío crucial: la necesidad de que sus empresas medianas se conviertan en grandes. A menudo, se habla de fomentar emprendimientos como la clave para el desarrollo, pero estos suelen requerir mucho tiempo para generar empleo de calidad y tener un impacto significativo. Por otro lado, el crecimiento de las empresas ya consolidadas, aunque importante, no será suficiente para cambiar la matriz productiva del país ni para impulsar la demanda de empleo.
El verdadero potencial para el desarrollo nacional radica en las aproximadamente 15 mil empresas chilenas que facturan entre US$ 4 millones y US$ 40 millones al año. Estas empresas tienen la capacidad de duplicar, triplicar o incluso multiplicar por 10 sus operaciones, lo que les permitiría obtener economías de escala, optimizar y digitalizar sus procesos, aumentar su productividad y generar empleo de calidad a gran escala, lo que podría cambiar el rumbo del país. Si un 10% de estas empresas lograra duplicar sus operaciones cada año, esto se traduciría en un aumento de uno o dos puntos porcentuales en el crecimiento económico.
Se realizan alrededor de 3.000 transacciones de fusiones y adquisiciones en América Latina cada año, un terreno que las empresas medianas podrían aprovechar para su crecimiento. El retorno de inversión de una adquisición bien ejecutada puede ser del 15% al 20% anual durante los primeros cinco años, muy por encima del costo de capital promedio. Ganar tres o cuatro años mediante una adquisición tiene un impacto financiero y estratégico profundo, lo que convierte a esta opción en una decisión rentable.
En un entorno global altamente competitivo, donde las fronteras entre industrias y mercados se difuminan, tomarse cinco años para construir una operación desde cero es un lujo que las empresas que buscan ser actores relevantes no pueden permitirse estratégicamente. Las fusiones y adquisiciones no son exclusivas de las grandes corporaciones ni se limitan a empresas que cotizan en bolsa.
Necesitamos cambiar la mentalidad y entender que las fusiones y adquisiciones son herramientas al alcance de los empresarios medianos. Para ellos, adquirir o fusionarse puede significar ganar rápidamente mercado, abrir líneas de negocio innovadoras y evitar el largo y complicado proceso de crecimiento orgánico. Las adquisiciones inteligentes reducen los tiempos de crecimiento y construcción de capacidades, sin el riesgo e incertidumbre de desarrollar estas capacidades internamente.
Para lograr un desarrollo significativo y dejar atrás la baja productividad, es crucial que las empresas medianas den un salto en magnitud. Las adquisiciones y fusiones son una herramienta estratégica efectiva que estas empresas no pueden ignorar.
Chile no tiene tiempo que perder. Las empresas medianas tampoco.