Estados Unidos
vive una nueva jornada de luto y tensión política tras el asesinato de la congresista estatal Melissa Hortman, ex presidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, y su esposo Mark, quienes fueron abatidos a tiros en su domicilio cercano a Mineápolis. El crimen ha sido calificado por el gobernador Tim Walz como un “acto de violencia política selectiva”.
Llevaba casi tres décadas oculto bajo una identidad falsa.
El trágico suceso también dejó heridos al senador estatal John Hoffman y su esposa Yvette, quienes fueron atacados previamente. Según las autoridades, ambos permanecen hospitalizados, y se mantienen “prudentemente optimistas” sobre su recuperacion.
El agresor continúa prófugo, confirmó la Policía estatal. De acuerdo con la Oficina de Detención Criminal de Minnesota, el atacante habría fingido ser un agente del orden, y logró escaparse tras un tiroteo con agentes en las inmediaciones del domicilio de Hortman.
La búsqueda se ha intensificado, y se ha emitido una alerta nacional. Se trata de un hombre blanco, de cabello castaño, que vestía chaleco antibalas negro, camisa azul y pantalones oscuros, según reportes de KSTP y ABC News.
El crimen ocurre en un contexto de profundas divisiones políticas en el país, mientras miles de ciudadanos se preparan para marchas contra las políticas del presidente Donald Trump. Tanto Trump como la fiscal general Pam Bondi condenaron el ataque y aseguraron que “los responsables afrontarán todo el peso de la ley”.
“La democracia no se construye con violencia ni a punsta de pistola”, declaró conmuvido el gobernador Walz en rueda de prensa. “Este lamentable ataque nos debe recordar que el debate pacífico es el camino para resolver nuestras diferencias. Lo ocurrido en Minnesota es inaceptable”.
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