La influencer María José Estupiñán, conocida en redes sociales como ‘La Mona’, fue asesinada a balazos la mañana del 15 de mayo en la puerta de su casa en Cúcuta, Colombia. El atacante, que se hizo pasar por repartidor, le disparó en múltiples ocasiones antes de huir del lugar.
El principal sospechoso es su expareja, quien la habría amenazado días antes del ataque. También se ha vinculado a la joven con un alto mando del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más sanguinarios grupos criminales del narcotráfico.
La joven de 22 años era estudiante de Comunicación Social en la Universidad Francisco de Paula Santander y emprendía un negocio de moda en línea.
Días antes de su asesinato, había sido notificada sobre una indemnización de 30 millones de pesos colombianos, resultado de un proceso legal por violencia intrafamiliar contra su expareja.
Un video viralizado en redes muestra al presunto asesino huyendo del lugar. Vestía buzo, tenis negros y una gorra roja. En el mismo registro se escucha el desgarrador grito de la madre de María José: “¡No, mi hija no!”, mientras corre hacia su cuerpo sin vida.
El crimen ha generado conmoción y ha sido comparado con el reciente asesinato de la influencer mexicana Valeria Márquez, quien también fue atacada por un supuesto repartidor.
Las autoridades colombianas investigan el caso como un feminicidio y han recabado imágenes de cámaras de seguridad que captaron el momento del ataque.
En países como México, donde el martes mataron a la tiktokera Valeria Márquez en plena transmisión en vivo, los influencers están bajo amenaza, sobre todo en estados como Sinaloa, donde se ha desatado una disputa sanguinaria entre cárteles de la droga.
Las investigaciones dieron un nuevo giro al revelarse que la joven habría sostenido una relación con un hombre asesinado semanas atrás dentro de un vehículo en el barrio Villa Antigua, en Villa del Rosario. Las autoridades ahora intentan establecer si los hechos están conectados.
La ministra de la Mujer, Magda Victoria Acosta Walderos, condenó el asesinato y expresó su solidaridad con la familia de Estupiñán. La comunidad universitaria también ha manifestado su pesar por la pérdida de la joven.
Este trágico suceso pone de relieve la creciente violencia contra mujeres con presencia en redes sociales y la necesidad de medidas para protegerlas.