Durante el debate sobre un nuevo ajuste al salario mínimo, el Gobierno afirmó que los incrementos acumulados en los últimos tres años no tuvieron efectos adversos en el mercado laboral y que, de hecho, la informalidad ha disminuido. Sin embargo, gran parte del último año los empleos creados fueron mayoritariamente informales. La mejora reciente se explica por la formalización administrativa de unas 90.000 personas que trabajan en plataformas digitales, según el ministro de Trabajo.
Por otra parte, el único estudio al respecto, elaborado por el Banco Central, sí registra una caída promedio del empleo del 4,8% en empresas con mayor proporción de trabajadores sujetos al salario mínimo. Para mitigar el impacto en las pymes, el Estado les brindó un subsidio fiscal de unos USD 217 millones.
"Aunque el Gobierno insiste en que los aumentos del salario mínimo no perjudican el empleo, los datos reflejan mayor informalidad y un alto costo fiscal."
Un informe de 2017 de la OIT para América Latina indica que los efectos de subir el salario mínimo en el empleo formal dependen de su nivel inicial en comparación con el salario medio o mediano, así como de la magnitud del incremento. Si la proporción es alta y los ajustes son significativos, es probable que se afecte el empleo formal. Esto es exactamente lo ocurrido aquí, donde el último reajuste elevó el monto en un 16% real, aumentando los costos en un 19% al sumar la reducción de la jornada laboral y el alza en cotizaciones previsionales. Este costo seguirá creciendo conforme se implementen más medidas, como la ley de sala cuna.
Esto amenaza los empleos de quienes ganan el salario mínimo, especialmente en un contexto de bajo crecimiento y escaso avance en productividad. De hecho, la productividad laboral solo creció un 1% en 2024, el cuarto peor desempeño en la OCDE, y apenas un tercio de lo registrado entre 1990 y 2013. A mayor costo laboral en puestos poco calificados, mayor es el riesgo de que sean reemplazados por automatización, un fenómeno ampliamente estudiado en economía.
Por ello, es crucial ser prudentes y evitar nuevos incrementos que eleven los costos, para no poner en riesgo estos empleos. La clave está en impulsar el crecimiento económico y enfocarse en el desarrollo de capital humano, aumentando la productividad para que, de forma orgánica y sostenible, las empresas puedan subir los salarios de todos los trabajadores.