Las bolsas comenzaro la semana con una relativa tranquilidad, no sin una inclinación hacia la toma de resguardos, a medida que los agentes del mercado calibran las posibles repercusiones de los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Irán.
Si bien el Nasdaq caía 0,3%, el S&P 500 y el Dow Jones operaban planos en la apertura de la Bolsa de Nueva York, que viene de cerrar apenas con variaciones una semana marcada por los enfrentamientos entre Israel e Irán.
En Chile, el S&P IPSA bajaba 0,6% a 8.030,41 puntos, con las acciones de Andina-B (-2,4%), SQM-B (-1,6%) y Colbún (-1,4%) encabezando las pérdidas. La plaza local no operó el viernes, por el feriado del Día de los Pueblos Indígenas.
Las bolsas europeas también retrocedian, con bajas de 0,5% en el continental Euro Stoxx 50, principalmente arrastrado por el CAC 40 de París (-1%), mientras que el FTSE 100 de Londres aflojaba un más moderado 0,24%.
En China, las bolsas cerraron con ganancias: el Hang Seng hongkonés avanzó 0,67% y el continental CSI 300 subió 0,29%. Por su parte, el japonés Nikkei tuvo un ligero descenso de 0,13%.
Esperando a ver
Poco antes de la apertura de la bolsa, los futuros de Wall Street empezaron a borrar sus caídas a la vez que los precios del petróleo revertían sus alzas. El crudo Brent cotizaba estable en US$ 77 por barril, mientras que el oro -un habitual refugio ante disrupciones geopolíticas- tampoco mostraba cambios relevantes.
“Los mercados aún no están reaccionando con cierto grado de pánico al ataque aéreo estadounidense contra las instalaciones nucleares iraníes, a la espera de ver cómo responde Teherán”, escribió el director de inversiones de AJ Bell, Russ Mould.
Sí recibían mayor demanda el dólar, que subía 0,6% frente a una canasta de seis otras divisas, y los bonos del Tesoro, cuyos rendimientos a 10 años caían 3,3 puntos base.
“La situación sigue requiriendo una estrecha vigilancia, sobre todo ante el elevado riesgo de represalias iraníes y el potencial aumento de los efectos indirectos”, dijo el estratega sénior de Pepperstone, Michael Brown.
Con todo, “siempre que la infraestructura de exportación de crudo permanezca intacta y que las amenazas iraníes de bloquear el estrecho de Ormuz no lleguen a materializarse (algo que realmente no puedo imaginar), todo esto seguirá siendo más una distracción para los mercados financieros que una narrativa a largo plazo”, analizó.