“Deseamos todo el éxito al Papa León XIV en la importante misión que está emprendiendo”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, quien junto con el presidente del Senado, Manuel José Ossandón, y la embajadora de Chile ante la Santa Sede, Patricia Araya, participaron en representación del Estado de Chile en la Santa Misa de Inauguración del Pontificado de Su Santidad el Papa León XIV, celebrada en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.
“En un mundo que necesita paz, y que enfrenta desafíos urgentes en materia de derechos humanos, protección del medio ambiente y equidad, se requiere de todos los esfuerzos de la comunidad internacional. En este sentido, su pontificado tiene un profundo significado no sólo para la Iglesia católica, es una señal de esperanza para enfrentar los desafíos contemporáneos”, destacó el canciller a través de una declaración pública.
El texto mencionó que la presencia del país en esta ceremonia demuestra la disposición de continuar trabajando en conjunto con la Santa Sede en temas de interés común como el uso ético de la inteligencia artificial y los desafíos de los fenómenos migratorios, entre otros, así como en la promoción de principios universales, del diálogo y del multilateralismo, herramientas esenciales para el entendimiento entre los pueblos y la búsqueda de la paz.
Después de un primer recorrido en papamóvil entre una multitud de hasta 200.000 personas en la plaza de San Pedro y las calles adyacentes, León fue oficialmente investido como el 267º pontífice de la Iglesia católica romana en una misa al aire libre.
Una crónica de Reuters mencionó que los fieles ondeaban banderas de Estados Unidos y Perú, y ciudadanos de ambos países lo consideraban como el primer papa de sus naciones. Nacido en Chicago, el papa de 69 años pasó muchos años como misionero en Perú y también tiene nacionalidad peruana.
En su sermón, leído en un italiano fluido, León mencionó que, como líder de los 1.400 millones de católicos romanos en el mundo, continuaría el legado de Francisco en temas sociales como la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente.
Prometió abordar “las preguntas, preocupaciones y desafíos del mundo actual” y, en un gesto hacia los conservadores, se comprometió a preservar “la rica herencia de la fe cristiana”, haciendo repetidos llamamientos a la unidad, según la agencia.
La multitud coreó “Viva el Papa” y “Papa Leone”, su nombre en italiano, mientras saludaba desde el papamóvil descapotable antes de su misa inaugural, a la que asistieron decenas de líderes mundiales.
Líderes mundiales
Reuters señaló que el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, un católico converso que se enfrentó a Francisco por la dura política de inmigración de la Casa Blanca, encabezó una delegación estadounidense junto al Secretario de Estado, Marco Rubio, también católico.
Vance estrechó brevemente la mano del Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al comienzo de la ceremonia. Los dos hombres se reunieron por última vez en febrero en la Casa Blanca, cuando se enfrentaron duramente ante los medios de comunicación de todo el mundo.
Zelenski y el Papa iban a mantener una reunión privada más tarde el domingo, mientras que se esperaba que Vance lo viera el lunes.
En un breve llamado al final de la misa, el Pontífice abordó varios conflictos mundiales. Dijo que Ucrania estaba siendo “martirizada”, una frase utilizada a menudo por Francisco, y pidió una “paz justa y duradera” allí.
También se refirió a la situación humanitaria en Gaza, afirmando que la población del enclave palestino está siendo “reducida a la inanición”.
Desde que se convirtió en Papa, León ya ha señalado algunas prioridades clave para su papado, incluida una advertencia sobre los peligros que plantea la inteligencia artificial y la importancia de llevar la paz al mundo y a la propia Iglesia.
Al afirmar que asumía su misión “con temor y temblor”, León utilizó el domingo siete veces las palabras “unidad” o “unidos” y cuatro veces la palabra “armonía”.
“Nunca se trata de captar a los demás por la fuerza, por la propaganda religiosa o por medio del poder. En cambio, se trata siempre y únicamente de amar, como hizo Jesús”, dijo, en aparente referencia a una guerra de palabras entre católicos que se definen como conservadores o progresistas.
Refiriéndose a San Pedro, el apóstol cristiano del siglo I de quien los papas derivan su autoridad, León dijo: “Pedro debe pastorear el rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un autócrata que se enseñorea de quienes le han sido confiados. Al contrario, está llamado a servir a la fe de sus hermanos y a caminar junto a ellos”.
A la ceremonia asistieron numerosos líderes mundiales, entre ellos los presidentes de Israel, Perú y Nigeria, los primeros ministros de Italia, Canadá y Australia, el canciller alemán Friedrich Merz y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen.
Los miembros de la realeza europea también ocuparon sus asientos VIP junto al altar mayor, incluidos los reyes de España, Felipe y Letizia. Al final de la ceremonia, el Papa estrechó la mano de muchos de ellos y abrazó a su hermano Louis, que viajó desde Florida.
Como parte de la ceremonia, el sucesor de Francisco recibió dos objetos simbólicos: una vestidura litúrgica conocida como palio, una faja de lana de cordero que representa su papel de pastor, y el “anillo del pescador”, que recuerda a San Pedro.