En los últimos años, los cerditos han dejado el corral para convertirse en miembros de la familia en diversos hogares del Perú y hoy es una tendencia que está creciendo: los peruanos adoptan cada vez más a estos animales como mascotas de compañía.
Kiev y Moscú han acordado liberar a todos sus prisioneros de guerra jóvenes o heridos y devolver los restos de sus combatientes muertos. Este fue el único resultado de las conversaciones de paz que se llevaron a cabo en la ciudad turca de Estambul a principios de junio.
Los llamados “mini pigs” o los de tamaño normal se destacan por su inteligencia, su capacidad de aprender rutinas y su comportamiento cariñoso.
“Consideré que estos animalitos merecían un trato digno y mi deseo era tener uno. Busqué un lugar que pudiera tener a estos cerditos bien cuidados y con toda la formalidad posible adopté uno”, comenta Yajaira Saavedra, dueña de Betopocho, quien lo ha integrado a su vida diaria.
“Tener horarios para salir al parque, comer y jugar le genera una tranquilidad, y si algo le molesta, te lo va a expresar”, añade.
“Cuando pienso en que hay personas que los adoptan y luego los dejan, es muy doloroso porque les crean una expectativa de que tendrán un hogar”, reflexiona Saavedra.
Betopocho pesa actualmente 22 kg. Podría crecer un poco más hasta los 3 años. Puedes conocer más sobre él en su instagram @ifeeltoo.betopocho. Foto: Javier Zapata
Aunque aún no son tan comunes como los perros o gatos, los cerditos domésticos están ganando terreno en departamentos y casas que cuentan con espacio suficiente para que puedan moverse con libertad.
En el Perú, esta tendencia aún está en etapa de expansión, pero los testimonios de quienes ya conviven con estos animales reflejan un mismo patrón: vínculo emocional fuerte, convivencia armoniosa y una dosis diaria de ternura.
“Son más sensibles a todo”, señala Ana Matto, quien tiene en su vida a 12 gatos, 9 perros y cuatro cerditos. Su primer cerdito se llama Roger y lo adoptó hace 9 años cuando tenía 4 años. Luego llegaron a su vida Eva, Lorenzo y Jamona.
“Todos viven en comunidad y libres en el área del terreno. Son súperinteligentes y me hacen caso al solo llamado. Esperan su plato de comida en orden”, comenta.
Buenos amigos. Cerditos conviven en paz con doce gatos y nueve perros en una casa en Pachacámac. Foto: Javier Zapata
Adoptar un cerdito como mascota es más que una moda: es una decisión que revela cómo cambian nuestros vínculos con los animales.
En un país donde perros y gatos dominan la escena doméstica, los cerditos aparecen como una alternativa. Pero no basta con dejarse llevar por la ternura viral de las redes: se necesita compromiso, espacio y responsabilidad.
DATOS:
El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, es uno de los que ha caído rendido ante los encantos de estos animales. “Mi Porkycito está en muy buenas condiciones, cada vez más fuerte y sano”, comentó sobre su cerdito.
En países como Estados Unidos, Alemania o Japón, tener cerdos como mascotas ya es algo habitual.
Estos animales pueden comer todo tipo de vegetales, además de frutas como manzana y plátano.
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