¿En qué se parecen TVN y Correos de Chile? Ambas son empresas del Estado, atraviesan una situación financiera delicada y han tenido cambios recientes en sus presidencias y gerencias generales. Además, compiten en industrias altamente disruptivas por nuevas tecnologías y modelos de negocio: los medios y la logística. La pregunta es obvia: ¿qué hacer?
El directorio de TVN declaró este mes, por unanimidad, que la empresa es “inviable”. No propuso soluciones, pero al menos admitió que el modelo actual ya no funciona. En Correos, su presidente advirtió a los trabajadores sobre una “crisis financiera que amenaza a la empresa como nunca antes”, tras la renuncia de la gerenta general.
Analizando la última década, los números muestran un claro empeoramiento:
- TVN: ingresos caídos en 40%, pérdidas triplicadas y dotación reducida a la mitad.
- Correos: ingresos aumentaron un 25%, pero las pérdidas son estructurales y la plantilla bajó un 25%.
El problema radica en sus industrias. La televisión abierta pierde audiencia globalmente; solo sobreviven quienes se reinventan como plataformas multimedia, aunque igual luchan contra gigantes como Netflix. En el caso postal, las cartas van en extinción, y aunque los paquetes generan más ingresos, la competencia es feroz en un negocio de márgenes bajos y alta exigencia operativa. Correos, además, está atrapado: debe mantener una red nacional para repartir menos cartas (su obligación legal), mientras pierde terreno en paquetería frente a rivals más eficientes.
Sumemos a esto la gestión pública: sin dueño claro, directorios politizados, sindicatos con poder de veto y gerentes rotativos. Es casi imposible adaptarse así. ¿Solución? Liquidar, vender activos para cubrir indemnizaciones y, en el caso postal, subsidiar envíos via privados. Lo demás es ilusión, no crea valor y solo aumenta un déficit que pagamos todos.