China expresó su preocupación por la decisión del Gobierno de Estados Unidos de prohibir a la Universidad de Harvard matricular a estudiantes extranjeros, argumentando que esta medida dañará la imagen y la credibilidad internacional del país norteamericano. En respuesta a esta prohibición, que afecta a miles de alumnos extranjeros, incluidos más de 2.000 chinos, China señaló que la cooperación educativa entre ambos países es mutuamente beneficiosa y que se opone firmemente a la politización de los intercambios educativos.
La portavoz de Exteriores de China, Mao Ning, destacó que Pekín rechaza los ataques infundados y difamaciones contra China, y aseguró que el país asiático protegerá los derechos e intereses legítimos de los estudiantes y académicos chinos en el extranjero. Estas declaraciones surgieron después de que el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. revocara el programa de estudiantes y visitantes extranjeros de Harvard, alegando supuestos vínculos de la universidad con el Partido Comunista chino.
China calificó las acusaciones como infundadas y criticó las medidas adoptadas por Washington, considerándolas ilegales y instando a su retirada lo antes posible. Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo, cuenta actualmente con 10.158 estudiantes internacionales de 150 países, entre los cuales 2.126 son de China, según cifras del curso académico 2024/2025 divulgadas en la web de la oficina internacional de la institución.