Los precios del cobre en Estados Unidos se dispararon a un máximo histórico este martes después de que Donald Trump anunciara que Washington impondría aranceles del 50% al metal industrial, en la más reciente escalada de su guerra comercial.
“Hoy vamos por el cobre”, dijo Trump antes de una reunión de gabinete, y añadió que creía que los aranceles serían del 50%. Estas declaraciones abrieron un nuevo frente en la amplia ofensiva comercial del expresidente, después de que este enviara cartas fijando tarifas para más de una docena de países, que entrarán en vigor el 1 de agosto.
La administración Trump enviará cartas a cerca de 100 países advirtiendo que, si no logran pactos comerciales antes del 9 de julio, sus productos volverán a enfrentar tarifas elevadas, en algunos casos de hasta 70%.
La posibilidad de que se apliquen aranceles más altos al cobre provocó una carrera por asegurar suministros y fijar precios del metal, ampliamente utilizado en la electrónica, la construcción y los equipos industriales, según informa el Financial Times. El anuncio ya ha provocado un aumento del 25 % en los futuros de cobre en Nueva York, lo que encarece los costos de las fábricas en Estados Unidos que dependen de importaciones.
“Nuestra expectativa es que haya una confirmación oficial de la tarifa del 50% en cuestión de semanas y que se implemente en un plazo de 30 días”, señalaron analistas de Citi.
“Creemos que este es un momento decisivo para el mercado del cobre en 2025, ya que la implementación inminente del arancel cerraría abruptamente la ventana para nuevos envíos significativos de cobre hacia Estados Unidos, posiblemente por el resto de 2025”, añadieron.
Chile es, por mucho, el mayor proveedor de cobre refinado a Estados Unidos, con aproximadamente el 70% de las importaciones en términos monetarios, seguido de Canadá y Perú, según cifras aduaneras recopiladas por Trade Data Monitor. Al respecto de la noticia, Rosario Navarro, presidenta del gremio industrial chileno, advirtió que aranceles de hasta el 50% podrían causar un “empeoramiento sustancial” de las condiciones comerciales del país.
¿CÓMO AFECTARÁ AL PERÚ?
Perú es el tercer mayor productor mundial de cobre, siendo uno de los principales exportadores junto a Chile y Canadá. En 2024, el cobre representó el 30.8 % del total de exportaciones peruanas, con un valor aproximado de US$ 23.4 mil millones, según informa Gestión.
Aunque el cobre es el principal producto de exportación del Perú, solo el 2.4 % de esos envíos tiene como destino Estados Unidos. Esto significa que el golpe directo sería relativamente bajo en términos de volumen global.
En términos absolutos, las exportaciones peruanas de cobre a Estados Unidos suman unos US$ 900 millones anuales, principalmente en productos manufacturados (cátodos, alambres, chapas), donde Estados Unidos es el segundo mercado más importante después de China.
Riesgo para el sector manufacturero
Donde sí se percibe una amenaza más fuerte es en el sector de manufactura de cobre:
Los productos con mayor valor agregado—como los cables, laminados o cátodos refinados—podrían perder competitividad frente a países que tengan acuerdos especiales o subsidios, o que estén más cerca geográficamente (como México o Canadá).
Muchas de estas empresas operan con márgenes estrechos y un arancel del 50 % haría inviables parte de esas exportaciones.
Aumento global de precios
El anuncio de Trump ha provocado una subida del 25 % en los futuros del cobre en Nueva York. Esto podría beneficiar parcialmente al Perú, ya que el alza del precio elevaría los ingresos por tonelada exportada.
Sin embargo, la volatibilidad no siempre favorece: precios muy altos pueden llevar a ajustes o sustituciones en ciertas industrias estadounidenses o europeas, afectando la demanda sostenida del cobre peruano.
Posible afectación al TLC
Aunque el Perú tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE. UU. desde 2009, este tipo de aranceles pueden aplicarse como medidas de emergencia comercial (por razones de seguridad nacional, déficit, protección industrial, etc.).
Si el arancel se impone de forma unilateral y generalizada, podría ignorar los beneficios del TLC y afectar a Perú como a otros países no exentos.
El gobierno peruano debería gestionar rápidamente una excepción o exoneración, apelando al tratado bilateral.
Efecto reputacional y estratégico
Aunque el Perú no sería el más golpeado por esta medida, sí se vería envuelto en el ambiente proteccionista que genera incertidumbre para los inversionistas mineros:
Algunos proyectos podrían retrasar decisiones de inversión ante un contexto más incierto.
Países como China, India o Europa pueden ganar terreno como destinos más estables si EE. UU. refuerza su postura aislacionista.
Oportunidad de reacción del Estado peruano
La situación también obliga al Perú a actuar con rapidez y diplomacia:
ComexPerú y otros gremios han propuesto iniciar diálogos bilaterales urgentes.
Se baraja enviar delegaciones técnicas y políticas para solicitar una excepción específica, amparándose en el TLC.
También se están evaluando estrategias de diversificación de mercados y promoción de manufacturas no tradicionales.
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