El bullado caso del mal uso de licencias médicas en los organismos del Estado vuelve a enfrentar al mundo público con el privado.
Entre todos, personas naturales y empresas, pagamos las vacaciones en el extranjero de los trabajadores estatales “enfermos”, mediante nuestros impuestos. Por el contrario, una PYME debe hacerse cargo de una licencia médica de algún colaborador contratando un reemplazante, ya que necesita seguir operando, sino desaparese.
Más encima, algunos políticos pretenden continuar subiendo la carga impositiva, para así financiar la inoperancia fiscal.
Si el 40% de las PYME muere antes del tercer año, están haciendo todo lo posibe para que ese porcentaje aumente.