¿Se puede morir de amor? Es una pregunta que ha rondado la mente de las personas por muchos años. Morir a causa de un “corazón roto” quizás no sea algo que solo ocurra en la literatura romántica, pues es algo al parecer totalmente posible.
El síndrome del corazón roto, o miocardiopatía de Takotsubo, es una afección cardiaca producida a menudo por enfrentar situaciones de estrés o emociones extremas, o también por exigencias físicas intensas.
Los síntomas, por lo general, son dolor en el pecho, dificultad para respirar, palpitaciones y debilidad en general y pueden ser diagnosticados por un electrocardiograma, un ecocardiograma o una angiografía coronaria.
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Por otro lado, entre las razones que podrían desencadenar el síndrome del corazón roto están la pérdida de un ser querido, un accidente grave, una ruptura o decepción amorosa. En particular, lo último suele ser el que más casos genera.
“Suele ocurrir cuando se rompe intempestivamente un vínculo fuerte, generalmente en la persona que es terminada. Esta carga emocional puede tener muchos efectos físicos y uno de ellos puede ser el síndrome del corazón roto”, señala el psicólogo Alberto Alegre, director del programa de psicología de Continental Florida University.
Según el experto, la parte torácica del cuerpo tiene mucho que ver con el lado emocional y sus efectos. La sensación de mariposas en el estómago cuando estamos enamorados, o un vacío en el pecho cuando estamos tristes son un par de ejemplos de ello.
“Nuestro sistema nervioso es el que controla el cuerpo y reacciona a través de los órganos frente a situaciones de cambios abruptos. Ante una pérdida, por ejemplo, hay varias ideas asociadas, como tristeza, ira, una sensación de injusticia en muchos casos, incluso culpa. Esto puede llevar a la depresión, causar ansiedad y se reflejan físicamente de formas distintas”, señala el psicólogo.
La ruptura y el duelo
Terminar una relación amorosa o sufrir una decepción de este tipo es una pérdida simbólica que tiene que pasar por un duelo, que nos permita procesar de forma correcta y esta dependerá de cada persona, pues no hay un tiempo exacto para procesar los sentimientos encontrados.
“Los efectos físicos que acarrea los sentimientos que provocan una ruptura se superan paulatinamente con llevar el duelo de manera adecuada. Pero si no se procesa y se extiende por mucho tiempo y nos lleva a conductas disfuncionales, se necesitaría un acompañamiento especializado”, puntualiza Alegre.
Y es que si el duelo se prolonga de manera inadecuada, los problemas físicos lo hacen de la misma forma y esto ya puede representar un peligro mayor para el individuo. El cuerpo reacciona y lo hará de maneras cada vez más intensas.
No solo el síndrome del corazón roto es un efecto, hay muchos en la lista. Otros efectos de un duelo mal procesado podrían implicar cambios en el sueño, dormir mucho o poco, también cambios en la dieta. La persona puede comer mucho por la ansiedad o dejar de hacerlo. Estos de por sí son efectos mucho más peligrosos que podrían afectar gravemente nuestra salud.
Puntualmente, las arritmias generadas por un síndrome del corazón roto podría desgastar a este vital órgano y, con el tiempo de no tratarse de manera correcta su causa, el efecto podría ser demoledor. Eso sin contar que el paciente en cuestión podría tener otras cardiopatías que, sumadas al síndrome, podrían tener fatales consecuencias.
“Hay que tener en cuenta que en conjunto, este tipo de situaciones mayormente van acompañados de otras conductas nocivas, como beber en exceso, el consumo de fármacos o algún tipo de sustancias. Al afrontar situaciones de estrés intempestivos o intensos, el cuerpo cambia”, indica el experto.
La resiliencia: un punto clave
Para el psicólogo Alegre, uno de los mecanismos más importantes en este campo es la resiliencia, la capacidad de las personas para poder sobreponerse a situaciones de esta naturaleza.
“Investigaciones han demostrado que uno es más resiliente cuanto más apoyo social de su entorno recibe para poder superar situaciones de estrés. Hay personas que se aíslan y tratan de resolver por su cuenta y dificulta su capacidad para manejar sus emociones y sus consecuencias”, resalta Alegre.
“Entonces la resiliencia es este mecanismo importante que favorece la capacidad de afrontar el entorno, de afrontar las situaciones estresantes”, destaca.
Otro punto importante es la búsqueda de ayuda profesional si las conductas perjudiciales que nos trae una ruptura se extienden por mucho tiempo. “Va a ayudarnos a procesar la situación. Las cosas claramente no van a volver a lo que eran antes de la pérdida, avanzar es lo ideal”, puntualiza el experto.
Lo que debemos evitar
Otro punto importante que debemos evitar es el aislamiento. Ante una situación de pérdida lo usual es un bajón en el ánimo que nos lleva a cortar contacto con las personas a nuestro alrededor y si bien es común, puede ser contraproducente.
“Es importante no aislarse y retomar nuestras actividades diarias, porque está demostrado que el estado de ánimo bajo se intensifica y se mantiene cuando estamos sin hacer nada. Obviamente que va a ser pesado, va a ser tenso volver a retomar esas rutinas, pero es un paso necesario para poder mejorar su estado de ánimo y sobre todo evitar los pensamientos rumiativos”, indica el psicólogo.
¿Qué hacer ante esta situación?
Es preciso recordar que, en muchos casos, la salud física de las personas depende en gran medida de su salud mental. Si se descuida este aspecto, pueden aparecer muchos síntomas físicos en algunos de nuestros órganos, incluso en aquellos de gran importancia, como es el corazón.
Ante este hecho, es importante saber qué podemos hacer para no llegar a los extremos nocivos que pueden producir decepciones amorosas. Estos son los consejos del psicólogo Alegre para estos casos:
No aislarse: es importante mantener el contacto con nuestros seres queridos, es bueno estar en compañía de quienes son importantes para nosotros y saber comunicar la situación que estamos atravesando.
No dejar de lado nuestras actividades: es costoso mantener la rutina cuando hay un cambio intempestivo en nuestras vidas. Los ánimos bajan mucho ante este tipo de eventos y es normal tener cierto desinterés, pero es importante volver a las actividades, principalmente si nos son placenteras.
Buscar ayuda: si sentimos que la situación nos sobrepasa es importante y aconsejable pedir ayuda y esto no está mal. Hay personas que muchas veces piensan que esto va a pasar y no hacen nada para afrontarlo correctamente. Tener un tratamiento profesional nos ayudará a usar nuestros propios recursos para superar este tipo de situaciones de pérdida.
Dado que el estrés emocional es un factor clave, el manejo adecuado de las emociones, el apoyo psicológico y la reducción del estrés son fundamentales para la prevención y recuperación.
“Es importante porque en temas de salud mental están apareciendo nuevos fenómenos y es importante hablar de ello para entenderlos. Si se descuida la salud mental, no solo tiene un impacto individual, sino a nivel social. Es necesario entender lo que nos ocurre para poder hacerle frente y tomar acciones”, concluye Alegre.
Cuidar nuestra salud mental y física es el acto de amor propio más importante que podemos hacer por nosotros mismos.
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