Un nuevo caso de presunto abuso de autoridad y violencia institucional estremece al Ejército. El cabo EP José Daniel Escobar Ayqui (19), natural de Puno, denunció haber sido víctima de agresiones físicas continuas dentro del Cuartel Salaverry, ubicado en el distrito arequipeño de Miraflores, por parte del subteniente EP Darío Hurtado Tello y el suboficial de tercera Chipana Ytalaque.
El brote afecta principalmente a comunidades nativas y rurales en Amazonas, San Martín y Loreto. La tasa de mortalidad puede alcanzar hasta el 60 %, advierten especialistas.
Según la denuncia formal, presentada tras los hechos ocurridos el pasado 27 de abril, el joven soldado fue atacado por sus superiores sin justificación alguna. El subteniente Hurtado lo habría golpeado directamente en el estómago durante la mañana, presuntamente motivado por actitudes racistas. Horas más tarde, el suboficial Chipana le propinó otro golpe a la altura del cuello, esta vez delante de otros compañeros de tropa, lo que agudizó la humillación pública.
Pero la situación no terminó ahí. Al intentar recuperarse emocionalmente, Escobar recibió una llamada de un compañero de promoción, identificado como Aderlyn Huamán, quien le pidió que le llevara una gaseosa al sector del polvorín. Al entregar la botella, Escobar notó que contenía alcohol, algo prohibido en los cuarteles, y decidió reclamarle. Como respuesta, Huamán lo atacó brutalmente, golpeándolo y cortándole la ceja con un objeto punzocortante.
Producto de esta última agresión, el cabo perdió el conocimiento y solo logró reaccionar pasadas las 6:00 p.m. del mismo día. Poco después, volvió a desmayarse y fue trasladado de urgencia al Hospital Militar, donde permanece internado.
“Cuando desperté estaba con sangre, y después de nuevo perdí la conciencia y aparezco en el hospital militar”, relató el cabo que junto a su padre y defensa legal están solicitando al cuartel recoger sus pertenencias.
Las denuncias no se limitan únicamente a Escobar. Fuentes policiales confirmaron que tanto el subteniente Hurtado como el suboficial Chipana tendrían antecedentes de maltrato físico hacia otros soldados del cuartel. Además, el suboficial habría extorsionado a Escobar durante meses, exigiéndole las propinas que recibía.
“Yo me siento bastante mal. Yo quería postular a la Policía y con esta cicatriz todos mis sueños… muchas que tenía planeado. Hay personas que dicen que yo no obedezco. El ascenso ha sido hace poco, tengo mi examen de conocmiento 20, apreciación 18. Desde que mi etapa básica empezaron las agresiones y es entendible, pero han continuado”, dijo Escobar a la prensa.
Los familiares del cabo exigen medidas inmediatas. “No podemos permitir que se normalicen estas prácticas abusivas dentro del Servicio Militar Voluntario. Estos agresores no deben seguir en funciones”, declaró uno de los allegados del joven.
El propio padre de soldado agredido contó: “Un sargento me dijo que me queje con quien sea y que si quiere lleve prensa, que haga lo que sea, no les importa”.
EJÉRCITO SE PRONUNCIA
Tras denunciarse los hechos, la Tercera División del Ejército emitió un comunicado y sostuvo que la Inspectoría del Ejercicio del Perú inició investigaciones del caso del soldado que fue agredido por sus dos superiores y su compañero de promoción.
En el comunicado se indica que se está brindando apoyo a los familiares del soldado de 18 años involucrado en la denuncia. Sin embargo, la familia ha desmentido esta versión. Aseguran que no reciben ayuda y que tienen problemas incluso para recuperar sus pertenencias.
Desde Relaciones Públicas de la institución se reiteró que el general EP Jorge Luis Agramonte Aguilar no hablará del tema, y no se confirmó si se encuentra o no en la sede.
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