A lo largo de su trayectoria, García Belaunde ocupó diversos cargos en la ONU y otras organizaciones internacionales, donde trabajó bajo la influencia de destacados diplomáticos como Pérez de Cuéllar. Fue trasladado a París porque se llevaba a cabo la negociación Norte-Sur en relación con el debate sobre el nuevo orden económico internacional, un esfuerzo que, aunque no alcanzó sus objetivos, demostró su compromiso con la cooperación global.
«José es parte de nuestra delegación en ese proceso de negociación que a la larga terminó frustrado porque nunca se llegó a un restablecimiento de un nuevo orden que fuera más equitativo. En esa época era el debate entre los países productores de materias primas y los países industrializados. Y la realidad cambió también con las décadas que vinieron», sostuvo Gutiérrez.
Uno de los hitos significativos mencionados fue la creación e impulso de los gabinetes binacionales entre el Perú y sus países vecinos, por ejemplo, el caso con Ecuador. «Por primera vez, el Perú y el Ecuador establece este gabinete binacional que fueron muy constructivos, muy interesantes, porque se abordaba una problemática muy amplia, no solo la de política exterior, sino la de integración, la de desarrollo fronterizo, de transportes, comunicaciones, etc.», recordó.
EN LA HAYA
Otro logro considerable fue el manejo del caso de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, relacionado con una disputa marítima entre Perú y Chile. Aunque inicialmente hubo dudas sobre acudir a la corte, finalmente se decidió llevar el caso en 2007, y la demanda se presentó en 2008. Gutiérrez resaltó la continuidad de esta política de Estado bajo distintos gobiernos y el rol de García Belaunde como coagente en el proceso.
«El caso de La Haya fue un caso importante que se decidió finalmente que debíamos ir a La Haya porque al comienzo del gobierno ni el presidente ni José [García Belaúnde] estaban convencidos de que debíamos ir a la Corte Internacional de Justicia. Se esperaba que pudiéramos tener una negociación bilateral para arreglar los límites marítimos. Pero esto se truncó con unas normas que surgieron en Chile para crear una región fronteriza que tenía algunas connotaciones sobre la frontera […] Finalmente a comienzos del 2007 se decide que tenemos que ir a La Haya. Se prepara durante todo ese año con los expertos internacionales, con los consultores, y en el año 2008 se presenta la demanda, con el éxito que hemos logrado», explicó.
Además, se mencionó la importancia de la firma de un tratado de límites marítimos con Ecuador, un esfuerzo que requirió una «discreción absoluta» y «un manejo diplomático finísimo por parte de García Belaunde.
«Llevó a Ecuador a percatarse que en su interés era firmar un tratado de límites marítimos con el Perú, cosa que se hizo. Uno de los puntos para remachar este acuerdo de límites era registrarlo ante las Naciones Unidas. Y fuimos con el embajador ecuatoriano y lo registramos en el Departamento Jurídico de Naciones Unidas», destacó Gutiérrez en RPP.
En el ámbito económico, García Belaunde fue un defensor clave de la Alianza del Pacífico, un bloque comercial que inicialmente incluyó a México, Colombia, Perú y Chile. La iniciativa buscaba fortalecer la integración económica regional y ampliar las relaciones comerciales con Asia.
Apasionado
Gonzalo Gutiérrez destacó la pasión de García Belaunde por el Perú y su compromismo con una tradición diplomática de más de 200 años.