El Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) es una de las principales organizaciones globales que agrupa a los organismos fiscalizadores y recaudadores de impuestos.
En la actualidad, el CIAT es integrado por 42 países en cuatro continentes: 32 americanos; cinco países europeos; cuatro países africanos; y un país asiático. Chile es un actor clave dentro del grupo.
Muestra de aquello es que entre mañana martes y el jueves, el organismo realizará su Asamblea General en Santiago, donde el foco será la discusión sobre maneras de reducir la evasión y la elusión, así como el combate al crimen organizado. El director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Javier Etcheberry, asumirá la presidencia de la entidad por el lapso de un año.
El secretario ejecutivo del CIAT, el economista brasileño y exauditor fiscal del Servicio Federal de Ingresos de dicho país, Marcio Ferreira Verdi, aborda los focos del evento, así como la discusión global en materia de impuestos, incluido algunos tópicos que centran el debate en nuestro país, como el registro de beneficiarios finales de empresas y el levantamiento o flexibilización del secreto bancario con fines de investigación tributaria.
– ¿Qué podemos esperar de la Asamblea General?
– Seguramente esperamos un evento de repercusión internacional, un evento grandioso con la presencia de autoridades tributarias de un número significativo de países de la región. Básicamente todas las administraciones tributarias de América del Sur y casi todas de Centroamérica. Cinco países europeos estarán presentes: España, Portugal, Países Bajos, Italia, Francia, además de India y otros países africanos como Marruecos y Angola.
Y esperamos que sea de repercusión mundial por la dificultad actual del tema, que es medir, cuantificar, detectar y encontrar la brecha tributaria, mecanismos para reducir la evasión y la elusión. Es un tema que es nuestra principal preocupación, porque si hay un impuesto malo en el mundo, el más injusto impuesto es el que pagas tú y yo no, la evasión. No es justo contigo que tú pagas y yo no, y tú vas a tener que pagar más si yo no hago mi parte. Aunque es muy difícil detectar especialmente esquemas internacionales y desarrollados con alto nivel de tecnicidad para promover la evasión y la elusión.
– ¿En qué momento se encuentra la discusión tributaria global?
– Nos encontramos en un momento de grandes desafíos para la tributación internacional. Los códigos tributarios tienen que ser vivos, acompañando el desarrollo de la economía, de la sociedad, los nuevos estándares. Entonces, siempre defendemos la teoría de que una reforma tributaria no es un evento muy difícil. Por ejemplo, Brasil acaba de pasar una gran reforma tributaria, con foco en el consumo. Pero vivimos siempre en procesos de ajuste del marco legal en relación a los cambios en el orden económico y social. Eso es fundamental.
Eso sí, me preocupa que avancemos con la determinación del beneficiario final de las empresas. El Foro Global de Administraciones Tributarias ya permitió un nivel de transparencia que nunca hemos soñado. Hoy, Chile recibe informaciones de básicamente todos los países del mundo. Intercambia información de cuentas, los saldos que tienen, pero todavía tenemos que avanzar en el beneficiario final y el control de los activos digitales. Eso todavía sigue siendo un gran desafío en la lucha contra la evasión internacional.
– ¿Cómo están viendo en el CIAT los esfuerzos que desarrolla Chile para controlar la evasión y la elusión?
– Voy a ser muy sincero, y no es para agradar a Chile, pero Chile siempre ha sido un país que viene enfrentando los problemas fiscales, siempre viene liderando de proa el cambio en los temas tributarios y fiscales. Le debemos mucho a Chile. Chile fue el primer país del mundo en implementar una facturación electrónica, que después lo siguió Brasil y muchos otros países. Eso nació en Chile y fue un mecanismo no para el control tributario, sino más bien para facilitar y modernizar las relaciones comerciales, pero que generó grandes beneficios para el control de las obligaciones de los contribuyentes del IVA. Chile también fue el primer país del mundo en ofrecer una declaración prellenada a los contribuyentes. Eso es modernidad, pero eso reduce mucho la evasión. Disminuye también el conflicto.
Chile, junto con Australia, ha sido líder y viene liderando también en el uso de análisis de riesgos para la definición de sus planes de auditoría. Esto es muy importante porque cumple con la pirámide de facilitar al máximo a los que cumplen y dificultar a los que no cumplen.
Hay un grupo de evasores que tenemos que darles a conocer y que enfrenten la dureza de la ley. Y Chile viene trabajando muy bien ese marco de análisis de riesgo.
Todo eso afecta favorablemente lo que nosotros llamamos el costo de la transacción tributaria, porque cuando tú tienes un buen análisis de riesgo, tú no estás molestando a los buenos contribuyentes y tampoco estás perdiendo tiempo en auditar los buenos contribuyentes. Chile siempre ha liderado en la región la implementación de modelos de riesgo y en la economía digital, donde Chile yo diría que es el único país del mundo que ofrece un sistema propio para el pago voluntario de los impuestos de la economía digital en los cuales las empresas no tienen una presencia física en el país.
Para nosotros Chile siempre ha sido un buen modelo de simplificación, con una legislación que intenta ser bastante moderna, atendiendo los estándares internacionales y bastante efectiva. Chile, el país y su administración tributaria tienen todavía mucho que trabajar para disminuir más los niveles de evasión, de abuso, pero en el escenario internacional diría que el Fisco chileno se posiciona muy bien.
– ¿Qué desafíos ve en Chile en materia tributaria? Por ejemplo, se desechó presentar una reforma tributaria que redujera el impuesto corporativo.
– El sistema tributario en Chile es muy interesante, muy efectivo. Si yo tuviera que recomendar algún punto que pudiera mejorar siempre, sería facilitarle a los que pagan. En el pago de los tributos es importante que todos paguen para tener la conciencia ciudadana del peso y la importancia de los impuestos. Pero la simplificación en algunos casos puede ser también una meta interesante de combate a la lucha del crimen organizado. También hay espacio para que se avance con unidades específicas de lo que llamamos inteligencia fiscal.
– ¿Y en cuanto al secreto bancario? Se avanzó en la Ley de Cumplimiento Tributario, pero aún está pendiente un debate sobre cómo flexibilizarlo para el combate al crimen organizado.
– Yo obviamente respeto la soberanía de cada país y sus decisiones son soberanas. No podría ser diferente, pero nuestra recomendación es que no debe haber secreto fiscal de ninguna forma para las autoridades tributarias. O sea, el Fisco necesita tener pleno conocimiento de las actividades financieras y económicas de los contribuyentes.
El secreto debe ser eliminado para investigaciones tributarias o criminales, pero el manejo de los datos de un contribuyente tiene que ser con el máximo reconocimiento de sus derechos individuales de protección a sus datos. Debemos ser muy rigurosos con el mal uso de la información. La protección a los datos de los contribuyentes es materia fundamental.