Su candidatura fue impulsada por Estados Unidos
La insistencia política del Departamento de Estado estadounidense en la Asamblea General de la OEA que sesiona en Antigua determinó que Rosa María Payá será la nueva integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pese a la fuerte presión en contra de su nombramiento de Brasil, acompañado por Colombia, México y Chile.
Payá, una reconocida defensora de los derechos humanos en América Latina, fue propuesta a la CIDH por Estados Unidos y logró la mayor cantidad de votos frente a los candidatos presentados por Bahamas, México, Brasil, Perú, Honduras y Colombia.
Payá obtuvo 20 votos contra 19 de Marion Bethel, en representación de Bahamas. Y las dos ingresaron directamente a la CIDH.
Ahora resta esperar que se dirima el tercer cargo entre Fabio de Sá e Silva, de Brasil, y José Luis Caballero Ochoa de México.
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Sá e Silva y Caballero Ochoa no se sacaron ventajas en una segunda vuelta, y la votación pasó a un cuarto intermedio para encontrar una salida política a la disputa entre Brasil y México.
Pero como no hubo acuerdo, se resolvió que el complicado asunto quede en suspenso hasta una proxima asamblea general de la OEA.
Rosa María Payá siempre defendió a los derechos humanos, y hasta lo hizo en causa propia: su padre Oswaldo Payá fue asesinado por el aparato represivo de Fidel y Raúl Castro, cuando era una opción política sólida para enfrentar al regimen cubano y forzar una transición electoral rumbo a la democracia.
En ese entonces, Rosa María Payá golpeó todas las puertas en América Latina, y ahora protagoniza una inesperada paradoja personal: integrará la CIDH, el resorte institucional del foro regional que probó que su padre murió por orden de la dictadura castrista.
Marco Rubio conoce desde hace muchos años a Rosa María Payá y no dudó en apoyar su candidatura a la CIDH desde la Secretaria de Estado.
Por razones políticas e ideológicas enfrente de la propuesta de Estados Unidos se ubicaron Lula da Silva, Gustavo Petro y Claudia Sheinbaum. Los presidentes de Brasil, Colombia y México tienen línea abierta con Miguel Díaz-Canel, dictador de Cuba.