El dólar abrió a la baja este martes en Chile
después que los últimos datos de precios al consumidor de Estados Unidos arrojaran leves sorpresas mixtas en una lectura que de todas formas marca un repunte de la inflacción.
La paridad dólar-peso caía $ 5,4 hasta los $ 962,3 al inicio de las operaciones cambiarias en el registro de Bloomberg. Un indicador del dólar global operaba estable, las tasas de mercado de EEUU se relajaban y los precios del cobre subían un poco.
El IPC recién publicado mostró un alza de 0,3% mensual en la serie desestacionalizada de junio, tal como se esperaba, mientras que el IPC subyacente -sin alimentos y energía, componentes más volátiles- subió 0,2%, una décima por debajo de los pronósticos.
En cuanto a la serie original, esta registró una variación de 2,7% anual, una décima sobre lo esperado, mientras que el 2,9% subyacente estuvo en línea con las estimaciones. Estas siguen a respectivas subidas de 2,4% y 2,8% en mayo.
Las cifras no trastocaron la expectativa general
de que la Reserva Federal podrá recortar las tasas de interés dos veces en 2025.
Ayer el dólar-peso se disparó a nuevos máximos desde abril, producto de la mayor incertidumbre arancelaria que empezó a marcar la pauta este mes, y donde pesa con particular fuerza en el mercado chileno la posibilidad de un arancel de 50% sobre el cobre.
Los agentes extranjeros compraron moneda extranjera por US$ 2.600 millones la semana pasada a través de contratos a plazo, y así la posición en torno al peso chileno pasó de una relativa neutralidad a US$ 2.700 millones en contra.
Desde que la paridad local superó el rango de $ 30 en el que se había estabilizado en el último par de meses, los niveles de resistencia hacia arriba se han ampliado hacia la zona reciente de $ 970, y más hacia arriba a niveles ya cercanos a $ 1.000, de acuerdo con analistas.