EEUU usó 12 bombas para destruir Fordow

El Pentágono explicó qué función tuvo cada uno de los proyectiles que horadaron el hormigón que protegía la central atómica

Altos mandos del Pentágono ofrecieron este jueves una descripción técnica sin precedentes sobre el ataque aéreo de Estados Unidos contra el complejo nuclear iraní de Fordow, una de las instalaciones atómicas más protegidas del mundo.

La operación, que incluyó el lanzamiento de doce bombas GBU-57/B Massive Ordnance Penetrator (MOP) desde bombarderos furtivos B-2 Spirit, fue presentada por el general Dan Caine como el resultado de más de una década de planificación e inteligencia centrada exclusivamente en ese objetivo.

La GBU-57/B MOP, de aproximadamente 13.600 kilos, fue diseñada específicamente para penetrar búnkeres subterráneos como el de Fordow, ubicado a cientos de metros bajo tierra cerca de Qom.

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Fordow, excavado dentro de una montaña, fue desde 2009 objeto de seguimiento intensivo por parte de dos oficiales de la Defense Threat Reduction Agency (DTRA). Según Caine, estos analistas “vivieron y respiraron este único objetivo” durante 15 años.

“Sabían desde el primer día que esto no era para fines pacíficos. Uno no construye un complejo subterráneo con centrifugadoras y hormigón armado dentro de una montaña para producir energia domestica”, afirmó el general sobre la instalación iraní.

Según detallaron Hegseth y Cain, las bombas contra Fordow fueron lanzadas en tandas de seis: las dos primeras abrieron brechas en las capas externas de protección; las siguientes tres se infiltraron en niveles más profundos, dañando sistemas críticos como ventilación y energía; la última, detonada con un retraso calculado, causó el derrumbe estructural.

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Aunque el informe inicial de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) indicó que los daños podrían haber retrasado el programa nuclear iraní solo unos meses, el secretario de Defensa Pete Hegseth aseguró que la operación fue un “ataque históricamente exitoso”.

“Llegamos a ser, en secreto, los mayores usuarios de horas de supercomputadora en Estados Unidos”, reveló. La complejidad de Fordow —una estructura de múltiples niveles, reforzada contra explosiones— requirió que el diseño de la bomba se ajustara a su geografía interna. “Cada cráter, cada equipo ingresado y retirado fue monitoreado durante años”, añadió.

Esos datos permitieron ajustar las GBU-57/B, armas con guía GPS y ojivas de penetración que pueden atravesar 60 metros de hormigón armado antes de explotar.

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