La economía de la eurozona ha experimentado un crecimiento mayor al esperado a principios de año, a pesar de que aún no ha sentido completamente el impacto de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump.
En el primer trimestre, el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó un 0,4% en comparación con el trimestre anterior, el doble de lo que se había previsto, según datos publicados por Eurostat. Esto significa que la producción de los 20 países del bloque ha crecido durante cinco trimestres consecutivos, con Alemania y Francia volviendo a la senda del crecimiento. Sin embargo, las encuestas empresariales indican un debilitamiento futuro debido a la incertidumbre generada por la falta de confianza en las intenciones de Estados Unidos y el impacto real de los aranceles.
Alemania y Francia registraron un crecimiento del PIB del 0,2% y 0,1% respectivamente en el primer trimestre, en línea con las expectativas. Italia también experimentó un aumento del 0,3%, superando las previsiones.
Recesión y tasas
El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, declaró la semana pasada que es poco probable que las tensiones comerciales provoquen una recesión en la zona del euro, aunque admitió que la expansión será menor de lo esperado. Se está considerando la posibilidad de nuevas reducciones en las tasas de interés después del séptimo recorte en abril, y algunos temen que los aranceles de Trump puedan causar un daño duradero a la economía. A pesar de esto, la mayoría confía en que la inflación regresará de manera sostenible al objetivo del 2% este año.
Esta semana, se han publicado cifras optimistas en varios países de la eurozona, con aumentos en el PIB que van del 0,1% al 0,6% en España, Países Bajos, Bélgica, Austria y Finlandia. En el caso de Irlanda, la cifra se disparó un 3,2%, aunque esto se ve influenciado por su papel como base impositiva para empresas multinacionales estadounidenses.
A pesar de las buenas cifras económicas, la incertidumbre sobre el impacto de los aranceles estadounidenses sigue presente, ya que muchos de ellos se encuentran en espera de los resultados de las negociaciones.
Inflación a la baja
La economía francesa, que ha experimentado una desaceleración, está teniendo un impacto en la inflación, que se moderó al 0,8% en abril, desde el 0,9% del mes anterior. Esta es la cifra más baja desde febrero de 2021 y refuerza las voces que piden nuevas reducciones en las tasas del BCE.
Se espera que los datos de abril muestren un aumento del 2,1% en los precios de la eurozona en comparación con el año anterior, lo que representa una desaceleración. Sin embargo, se prevé que la medida subyacente, que excluye elementos volátiles como la energía, aumente al 2,5%.