La medida podría tener serias implicaciones para los estudiantes porque les impediría acceder a préstamos federales, elevando sus costos de financiamiento para muchos estudiantes, al igual que a programas de trabajo-estudio. El 21% de los alumnos de pregrado de Columbia College y Columbia Engineering reciben la beca Pell.
Estudiantes manifestantes en la Universidad de Columbia en 2024
El Departamento de Educación de Estados Unidos informó que la Universidad de Columbia ya no parecería cumplir con los estándares de acreditación, tras concluir que la institución violó leyes antidiscriminatorias. Se trata del más reciente esfuerzo de la administración de Donald Trump por presionar a universidades de élite debido a su manejo de las protestas pro Palestina.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, dijo en una declaración que el liderazgo de la escuela “actuó con deliberada indiferencia hacia el acoso a los estudiantes judíos en su campus” después del ataque del 7 de octubre por parte de Hamás contra Israel.
“Los organismos acreditadores tienen una enorme responsabilidad pública como guardianes de los fondos federales para estudiantes. Ellos determinan qué instituciones pueden acceder a préstamos federales y becas Pell. Así como el Departamento de Educación tiene la obligación de hacer cumplir la ley federal antidiscriminación, los acreditadores universitarios deben asegurar que las instituciones afiliadas cumplan con sus estándares”, afirmó McMahon.
Según el Departamento de Educación, se notificó a la Middle States Commission on Higher Education (Msche) que el gobierno encontró que Columbia no protegió adecuadamente a sus estudiantes durante las protestas, lo que constituiría una violación al Título VI de la Ley de Derechos Civiles. Además, citó legislación federal que obliga a los acreditadores a notificar a las instituciones en caso de incumplimiento y establecer un plan para que vuelvan a cumplir con los requisitos.
“Si una universidad no logra volver a cumplir dentro de un plazo específico, el acreditador debe tomar las medidas correspondientes contra la institución”, agregó el comunicado.
Ni Columbia ni la Msche respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Peligran las becas
La revocación de la acreditación podría tener implicancias significativas para los estudiantes: un 21% de los alumnos de pregrado de Columbia College y Columbia Engineering reciben la beca Pell, destinada a estudiantes con alta necesidad financiera, según datos del sitio web de la universidad. La pérdida del acceso a préstamos estudiantiles federales también podría aumentar los costos de financiamiento para muchos estudiantes, mientras que programas federales de trabajo-estudio también estarían en riesgo.
McMahon ha estado en comunicación con la presidenta de Columbia, Claire Shipman, desde que en marzo el gobierno retiró alrededor de US$ 400 millones en subsidios y contratos federales a la universidad. El mes pasado, Shipman anunció el despido de casi 180 trabajadores como consecuencia de la disminución del financiamiento federal.
Tanto el presidente Trump como McMahon han indicado anteriormente que el diálogo con Columbia va en buen camino, especialmente en comparación con Harvard, otra universidad de la Ivy League, que ha iniciado acciones legales contra la decisión del gobierno de cancelar su financiamiento federal y revocar su licencia para admitir estudiantes internacionales.
Cabe señalar que el Departamento de Educación no tiene la facultad de revocar acreditaciones directamente; esa atribución recae en entidades acreditadoras como MSCHE. No obstante, el gobierno federal sí puede dejar de reconocer a un acreditador como evaluador confiable de calidad educativa, lo que bloquearía el acceso a fondos federales para sus instituciones afiliadas.
Este impulso también podría poner en riesgo a la propia Middle States Commission. En abril, Trump firmó una orden ejecutiva instruyendo al Departamento de Educación a revisar los servicios de acreditación educativa que certifican la validez de universidades y programas ante empleadores y prestamistas. La administración advirtió que los acreditadores que respalden instituciones que no cumplan ciertos estándares podrían perder su autoridad.
La Casa Blanca ha aprovechado las protestas universitarias por la guerra entre Israel y Hamas para presionar a las instituciones académicas a implementar una amplia gama de reformas en temas como admisión y contratación de profesores, en un esfuerzo que el gobierno presenta como parte de su lucha contra el antisemitismo. Sin embargo, las autoridades universitarias advirtieron que este impulso amenaza la misión educativa y la libertad de expresión en los campus.
“Creo que Columbia quiere llegar al fondo del problema”, dijo Trump el viernes pasado durante un acto en la Oficina Oval, elogiando a esa universidad en contraste con Harvard. “Han actuado muy bien. Hay otras instituciones que también están reaccionando, pero Harvard quiere hacerse el importante”.